Guerra en Ucrania: las finanzas se reencuentran con la industria armamentista


El grupo bancario sueco SEB ciertamente no es un gigante financiero en Europa, pero la institución es una referencia por la atención que presta, para sus inversiones, a los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG). Su repentino cambio de dirección, desde el estallido de la guerra en Ucrania, sobre la financiación de armas atestigua una nueva perspectiva de la industria de defensa en Europa.

En 2021, la gestora de activos del banco sueco se comprometió a estandarizar su política de financiación sostenible: todos los fondos gestionados por SEB Investment Management renunciaron a invertir en empresas que obtienen más del 5 % de sus ingresos de la industria armamentística.

«Las crecientes tensiones geopolíticas de los últimos meses, que culminan con la invasión rusa de Ucrania» el 24 de febrero, sin embargo “resultó en un cambio de posición entre algunos de los clientes” de la sociedad de gestión de activos. Por ello, el grupo sueco ha decidido autorizar, a partir del 1 deejem Abril de 2022, varios de sus fondos para invertir en el sector de defensa. Estas inversiones “son de suma importancia para apoyar y defender la democracia, la libertad, la estabilidad y los derechos humanos”ahora cree SEB.

«Culpable de quiebra bancaria»

Alemania también había sido cautelosa últimamente. Armin Papperger, jefe de Rheinmetall, un conglomerado industrial especializado en armamento, reveló en enero que los bancos BayernLB o LBBW, del que el grupo era cliente desde hace varios años, ya no querían trabajar con él. “Muchos fondos están invirtiendo significativamente menos dinero en nuestro sector, si es que lo hacen”agregó en la revista de negocios alemana Wirtschaftswoche.

Allí también, el clima ha cambiado desde que el canciller alemán, Olaf Scholz, anunciara, tres días después de la invasión de Ucrania por Rusia, una dotación inmediata de 100.000 millones de euros para gastos militares y un aumento del presupuesto de defensa para que alcance más del 2% del producto interior bruto. En el proceso, el banco alemán Commerzbank anunció que quería dirigir capital hacia la industria armamentística.

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¿Qué tal en Francia? La principal gestora de activos europea, Amundi, filial del grupo Crédit Agricole, excluye las inversiones en empresas que fabrican armas que violan los convenios internacionales (minas antipersonal, bombas de racimo, etc.) o son «controvertidas» (armas de uranio empobrecido, armas de fósforo , etc). El grupo francés, por su parte, no tiene una exclusión específica en materia de armamento nuclear.

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