“Estamos luchando con todas nuestras fuerzas en todos los frentes. Pasamos a la ofensiva. Cada miembro de Hamás es hombre muerto. » En su comunicado de prensa del 12 de octubre con motivo de la instauración del gobierno de unidad nacional, Benjamín Netanyahu confirmó los objetivos de la guerra total. Ya no se trata de restablecer la disuasión o de reducir las capacidades de los grupos armados. Se trata de destruir a Hamás, así como a los grupos afiliados, considerados terroristas por el ejército israelí.
“Las directivas de una operación militar dictan los parámetros del despliegue de la fuerza. La idea, en el pasado, era utilizar esta fuerza con moderación y mantener un Hamás débil que pudiera administrar la Franja de Gaza. Era una entidad hostil, no un enemigo. No se trataba de invadir el enclave. Pero cuando la organización llevó a cabo su malvado plan, cambió las reglas del juego. Así que Israel cambia sus reglas».explica el teniente coronel Peter Lerner, portavoz del ejército israelí.
Desde que el partido islamista tomó el control de la franja en 2007, el ejército israelí ha llevado a cabo importantes ofensivas para reducir sus capacidades militares. Con diversas organizaciones como la Jihad Islámica o el Frente Popular para la Liberación de Palestina, las fuerzas en Gaza se estiman en unos treinta mil combatientes. El ejército tenía una lista de cuadros e infraestructuras a eliminar, con órdenes de prioridad.
Sin límite de tiempo
Esta vez, Herzi Halevi, jefe del Estado Mayor del ejército israelí, fue claro: los objetivos son amplios y abarcan desde Yahya Sinouar, el líder político de Hamas, hasta el primer comando que abrió la brecha en la frontera de separación. Hoy, “toda la institución es un objetivo”apoya Peter Lerner. Otros dirigentes del movimiento están en la mira, como el ministro de finanzas, “quién financió las armas, los avances técnicos que permitieron esta invasión”. Pero, añade el portavoz, “las infraestructuras, y en primer lugar los túneles”, también están dirigidos. Esta red de galerías, construida por Hamás desde que gobernó el enclave, recibe el sobrenombre de “Metro de Gaza”. Nadie sabe con precisión sus dimensiones, sus entradas, sus salidas, ni qué hay allí.
Israel se está dando los medios para lograr sus objetivos. El ejército nunca había movilizado tantos reservistas, 300.000 soldados. Y no anuncia ningún límite de tiempo, a pesar de los enormes costos que genera tal movilización.
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