El monarca más famoso del planeta, La reina Isabel II murió el jueves a los 96 años en su residencia escocesa de Balmoral, marcando el comienzo de una nueva era para la corona británica a la que había dedicó su vida. La desaparición del soberano, cuyo estado de salud se había deteriorado desde hacía un año, despertó una inmensa emoción en el Reino Unido y en el mundo. Su hijo y heredero accedió al trono a los 73 años con el nombre de Carlos III.
Homenajes de todo el mundo
El primer ministro japonés, Fumio Kishida, lamentó el viernes una «gran pérdida» para la comunidad internacional tras la muerte de la reina Isabel II y expresó su «profunda tristeza». «La desaparición de la reina, que dirigió al Reino Unido en tiempos turbulentos en todo el mundo, es una gran pérdida no solo para el pueblo británico sino también para la comunidad internacional», dijo Fumio Kishida.
Joe Biden aclamó a «una estadista de incomparable dignidad y firmeza». Isabel II fue «más que una monarca. Encarnó una época», añadió el presidente estadounidense, que firmó personalmente el registro de condolencias abierto en su honor por la embajada británica en Washington.
Su reinado se define por «la gracia, la elegancia y un inalterable sentido del deber», agregó el ex inquilino de la Casa Blanca Barack Obama. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, también destacó la «gracia, dignidad y devoción» de Isabel II. “No hay palabras para rendir homenaje, aunque sea parcialmente, a la trascendental importancia de esta reina, a su sentido del deber, a su integridad moral, a su devoción y a su dignidad”, según la ex canciller alemana Angela Merkel.
El príncipe Carlos se convierte en rey
El Reino Unido entra en una nueva era: el nuevo rey Carlos III debe dirigirse a sus súbditos el viernes, de luto tras la muerte de Isabel II que provocó una inmensa ola de emoción en el mundo. La desaparición de la soberana de 96 años, fallecida este jueves en su residencia escocesa de Balmoral tras 70 años de reinado, ha abierto un periodo de luto para el país.
Los desafíos son considerables para Charles, quien se convierte en rey a los 73 años, con una popularidad mucho menor que la de su madre y su heredero, el príncipe William. Hereda un reino que se tambalea ante la grave crisis económica y social y la unidad partida por el Brexit, las ansias de independencia y las tensiones comunitarias en Escocia e Irlanda del Norte, y las convulsiones políticas con la llegada a Downing Street de un cuarto primer ministro en seis años.
En Balmoral con su madre cuando murió «pacíficamente» el jueves por la tarde, acompañado durante todo el día por sus tres hermanos y hermanas, así como por sus dos hijos, el nuevo soberano regresará a Londres el viernes.
Un funeral bien preparado
Si el curso de los próximos días, preparado durante años, aún debe ser confirmado por el palacio, las líneas principales se conocen. Tras regresar a Londres con Camilla, ahora reina consorte, el nuevo rey se dirigió a los británicos por primera vez en la televisión, en un mensaje grabado con antelación y emitido por la noche.
También debe reunirse con la primera ministra Liz Truss, cuya entronización por parte de Isabel II el martes fue el último acto constitucional de una vida dedicada a su cargo hasta el final. Durante la jornada se dispararán 96 cañones desde varios puntos del país y sonarán las campanas de St. Paul, la Abadía de Westminster y el Castillo de Windsor. Luego, Carlos III debe ser proclamado oficialmente rey el sábado por el consejo de sucesión, reunido en el Palacio de St. James en Londres.
La muerte de la soberana, que tuvo apariciones limitadas a una noche en el hospital en octubre de 2021, abre un período de luto nacional, hasta su funeral dentro de diez días.