Hospitalidad: Accor sale de números rojos, pero paga su débil presencia en Estados Unidos


Es una piedra en el zapato de Sébastien Bazin, CEO de Accor: su debilidad en Estados Unidos, el mercado más grande del mundo. Durante la pandemia de Covid-19, el guijarro se convirtió en una bola y una cadena. El grupo hotelero francés anunció, el jueves 24 de febrero, un resultado neto positivo de 85 millones de euros para el ejercicio 2021, gracias a la reducción de costes y la venta de acciones de la hotelera china Huazhu. Su facturación, de 2.200 millones de euros, es un 42% inferior a la de 2019, antes de la crisis del turismo. Una recuperación limitada, en gran parte por la situación de sus hoteles, muy presentes en Europa y Asia-Pacífico, y muy discreta al otro lado del Atlántico.

Estados Unidos, debido a una campaña de vacunación temprana, su enorme mercado interno y una política liberal con respecto a la circulación del virus, vio crecer el turismo más rápido y con más fuerza que en otros lugares: tanto en el frente de vacaciones, que benefició a los hoteles en Gold Coast, Florida, o resorts en el Caribe, y en turismo económico y de negocios de escala media.

Leer también Artículo reservado para nuestros suscriptores La recuperación del turismo beneficia a Airbnb

Así es como las cadenas anglosajonas rivales de Accor, a excepción de Hyatt, han anunciado todas cómodas ganancias. Impulsadas por la actividad en Estados Unidos, contuvieron la caída global del ingreso por habitación (RevPAR), indicador de referencia del sector, entre el −30% y el −19%. La caída de Accor es mayor (−46%).

“Nuestro ángulo, lujo y estilo de vida”

Los clientes no se alejan especialmente de las marcas de Accor, ni tampoco los propietarios de hoteles: el grupo prevé un crecimiento del 3,5 % en su base en 2022. Pero se ve penalizado por su importante presencia en el sudeste asiático, en Australia y, por supuesto, en Europa. , en los centros de negocios.

En Norteamérica su presencia es anecdótica, con menos de un centenar de hoteles. Difícil convencer a los propietarios de que se muevan bajo la bandera de Novotel o Ibis y no bajo marcas reconocidas al otro lado del Atlántico, de la mano de colectivos que disfrutan de una enorme reserva de tarjetas de fidelidad.

La toma de control del canadiense Fairmont, en 2016, le dio una pequeña notoriedad y presencia en el lujo, pero apenas en habitaciones. El grupo ahora espera encontrar un lugar para sí mismo a través de la industria hotelera de moda, en particular con las marcas del grupo SBE, adquiridas en 2021. “Tratamos de diferenciarnos, porque es difícil ir de frente contra mucha gente y muy poderosa, admite Jean-Jacques Morin, director financiero de Accor. Nuestro ángulo es el lujo y el estilo de vida. » El año que viene no cambiará la situación, con sólo dos aperturas previstas en Estados Unidos, todavía en lo más alto de la gama.

Le queda por leer el 24,21% de este artículo. Lo siguiente es solo para suscriptores.



Source link-5