Instagram, una red social para compartir imágenes y subsidiaria de Meta (antes Facebook), anunció en una publicación de blog el jueves 23 de junio que está probando nuevas herramientas para verificar la edad de sus usuarios con el fin de ofrecer “una experiencia adecuada”. Los menores que necesiten demostrar que han alcanzado la mayoría de edad ahora tendrán acceso a dos opciones adicionales para hacerlo, ambas en fase experimental solo para Estados Unidos.
Porque desde el año pasado, la aplicación ha configurado automáticamente las cuentas de menores de edad como privadas, limitando la visibilidad de su contenido solo a sus amigos y reduciendo la posibilidad de ser contactado por cuentas de adultos que los adolescentes no siguen. Las cuentas de menores de edad pueden tener controles parentales aplicados para limitar la cantidad de horas de uso y el tipo de contenido que se ve. También están protegidos de los anuncios dirigidos de su actividad en Instagram.
Selfie videos y certificados de garantía
Hasta ahora, la única forma que tenía un usuario de demostrar que ya era mayor de edad -y que por lo tanto ya no debería estar sujeto a estas restricciones- era enviando a Instagram un documento oficial de identidad, como su DNI o licencia de conducir. Estos se cifran cuando se envían, los equipos de Instagram los verifican y se almacenan durante treinta días en sus servidores antes de eliminarlos.
Ahora, además de este método, la plataforma está experimentando con dos nuevas herramientas. El primero consiste en enviar un video selfie a Instagram, luego transmitido a la empresa inglesa Yoti, especializada en reconocimiento facial, que gracias a sus algoritmos logra identificar con precisión la edad de una persona. La red social estadounidense especifica que “La tecnología no puede reconocer tu identidad, solo tu edad” y que Meta y Yoti borre tu video “una vez confirmada la edad”.
La otra posibilidad es convocar a adultos, quienes certificarán tu edad directamente a la red social. «Los garantes deberán tener al menos 18 años, no confirmar para otra persona al mismo tiempo, y deberán cumplir con otras medidas de seguridad que hemos implementado»., detalla Instagram en su nota de prensa. El usuario puede elegir directamente a sus tres avalistas de una preselección realizada por la red social de seis personas correspondientes a los criterios, informa el diario estadounidense Wall Street Journal. Tendrán tres días para responder a la solicitud.
Tenga en cuenta que estas herramientas de verificación de edad solo se aplican a las personas que indicaron su estado menor al crear su cuenta. Por lo tanto, siempre es posible mentir sobre su edad real, el único control que existe actualmente para verificar que una persona es mayor de edad cuando llega a Instagram consiste principalmente en comparar la información proporcionada con la de la base de datos de Facebook, así como analizar los mensajes dejados debajo de las publicaciones, como los comentarios de amigos por tu cumpleaños.
Efectos adversos en la juventud
Estas nuevas medidas se producen cuando Instagram lleva un año convulso, acusado, entre otras cosas, de acentuar el sentimiento de malestar entre los jóvenes. «Uno de cada cinco adolescentes dice que Instagram daña su autoestima»así detalló una página de una presentación distribuida dentro de la empresa y hecha pública, entre otros documentos, por la Wall Street Journal. Estos elementos permitieron evidenciar que la red social era consciente de sus efectos potencialmente nocivos para los más jóvenes y que las recomendaciones emitidas internamente para combatir estos efectos eran atendidas solo marginalmente.
Tras estas revelaciones, Instagram había desistido de su plan de lanzar una versión de su aplicación para menores de 13 años, la edad mínima requerida para registrarse en la red social.
En términos más generales, verificar la edad de los usuarios de Internet es un problema recurrente y complejo, como recuerda, por ejemplo, el enfrentamiento que está teniendo lugar actualmente en Francia entre la Autoridad Reguladora de la Comunicación Audiovisual y Digital (Arcom) y cinco de los sitios pornográficos más grandes. En particular, la frágil frontera entre la protección del usuario y la intrusión en la privacidad, pero también el impacto económico que representa para cualquier plataforma una limitación de acceso a sus servicios.