La batalla por la privacidad biométrica


En 2024, una mayor adopción de sistemas de vigilancia biométrica, como el uso de reconocimiento facial basado en inteligencia artificial en lugares públicos y el acceso a servicios gubernamentales, estimulará el robo de identidad biométrica y las innovaciones contra la vigilancia. Las personas que intenten robar identidades biométricas para cometer fraude o obtener acceso a datos no autorizados se verán reforzadas por las herramientas de inteligencia artificial generativa y la abundancia de datos faciales y de voz publicados en línea.

Los clones de voz ya se están utilizando para estafas. Tomemos, por ejemplo, a Jennifer DeStefano, una madre de Arizona que escuchó la voz aterrorizada de su hija que gritaba: “¡Mamá, estos hombres malos me tienen!”. después de recibir una llamada de un número desconocido. El estafador exigió dinero. DeStefano finalmente pudo confirmar que su hija estaba a salvo. Este engaño es un precursor de estafas biométricas más sofisticadas que se centrarán en nuestros miedos más profundos mediante el uso de imágenes y sonidos de nuestros seres queridos para obligarnos a cumplir las órdenes de quien utilice estas herramientas.

En 2024, es probable que algunos gobiernos adopten el mimetismo biométrico para apoyar la tortura psicológica. En el pasado, a una persona de interés se le podía dar información falsa con poca evidencia para respaldar las afirmaciones, aparte de las palabras del interrogador. Hoy en día, una persona interrogada puede haber sido arrestada debido a una coincidencia falsa de reconocimiento facial. Hombres de piel oscura en Estados Unidos, incluidos Robert Williams, Michael Oliver, Nijeer Parks y Randal Reid, han sido arrestados injustamente debido a una identificación facial errónea, detenidos y encarcelados por delitos que no cometieron. Se encuentran entre un grupo de personas, incluidos los ancianos, las personas de color y las personas no conformes con su género, que corren un mayor riesgo de identificación facial errónea.

Las herramientas de inteligencia artificial generativa también brindan a las agencias de inteligencia la capacidad de crear pruebas falsas, como un video de un presunto cómplice confesando un crimen. Quizás igual de desgarrador sea que el poder de crear dobles digitales no se limite a entidades con grandes presupuestos. La disponibilidad de sistemas de inteligencia artificial generativa de código abierto que pueden producir voces parecidas a las humanas y videos falsos aumentará la circulación de pornografía de venganza, materiales de abuso sexual infantil y más en la web oscura.

Para 2024 tendremos un número creciente de comunidades y personas “excodificadas”, aquellas cuyas oportunidades de vida se han visto alteradas negativamente por los sistemas de IA. En la Liga de Justicia Algorítmica, hemos recibido cientos de informes sobre derechos biométricos comprometidos. En respuesta, seremos testigos del surgimiento de los anónimos, aquellos que se comprometen a mantener sus identidades biométricas ocultas a plena vista.

Dado que los derechos biométricos variarán en todo el mundo, las elecciones de moda reflejarán los regímenes biométricos regionales. Los protectores faciales, como los que se utilizan con fines religiosos o las máscaras médicas para evitar virus, se adoptarán como prendas de moda y antivigilancia cuando estén permitidas. En 2019, cuando los manifestantes comenzaron a destruir equipos de vigilancia mientras ocultaban su apariencia, un líder del gobierno de Hong Kong prohibió las máscaras faciales.

En 2024, comenzaremos a ver una bifurcación de la vigilancia masiva y los territorios libres, áreas donde existen leyes como la disposición de la propuesta Ley de IA de la UE, que prohíbe el uso de datos biométricos en vivo en lugares públicos. En esos lugares florecerá la moda contra la vigilancia. Después de todo, el reconocimiento facial se puede utilizar de forma retroactiva en transmisiones de vídeo. Los padres lucharán para proteger el derecho de los niños a ser “ingenuos en materia biométrica”, es decir, a que agencias gubernamentales, escuelas o instituciones religiosas no escaneen ni almacenen ninguno de sus datos biométricos, como huellas faciales, huellas de voz o patrones de iris. Las nuevas empresas de gafas ofrecerán lentes que distorsionan la capacidad de las cámaras para capturar fácilmente la información biométrica ocular, y los pares de gafas vendrán con extensiones protésicas para alterar la forma de la nariz y las mejillas. Se utilizarán herramientas de impresión 3D para fabricar prótesis faciales en casa, aunque dependiendo del lugar del mundo en el que te encuentres, puede estar prohibido. En un mundo donde el rostro es la última frontera de la privacidad, mirar el rostro inalterado de otra persona será una intimidad poco común.



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