La «brecha», clave de la contraofensiva ucraniana


Según los militares, este será uno de los factores decisivos en el éxito o fracaso de la contraofensiva ucraniana anunciada para la primavera. ¿Podrán las tropas de Kiev atravesar las líneas de fortificación construidas a marcha forzada por los rusos en el frente? ¿Conseguirán sus vehículos blindados atravesar las innumerables trincheras y campos de minas levantados por Moscú para entorpecer su avance? «La capacidad de los ucranianos para ‘romper’ las líneas de defensa rusas, como por el contrario la de los rusos para mantenerlas, será decisiva para la continuación del conflicto»cree Léo Péria-Peigné, investigador del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI).

Iniciada en verano, con la construcción de las primeras líneas de defensa alrededor de Mariupol y Donetsk, la campaña de fortificación rusa se ha intensificado en los últimos meses. A partir de ahora, la mayoría de las principales carreteras y vías férreas ubicadas en los territorios ocupados por las fuerzas de Moscú están protegidas por trincheras y minas antitanque. También se colocaron en el suelo decenas de miles de conos de hormigón y acero, llamados «dientes de dragón» y destinados a impedir el avance de los vehículos blindados.

Inicialmente concentrados en la línea del frente, en particular a orillas del río Dniéper y en el Donbass, estos dispositivos ahora se construyen en profundidad. Imágenes de satélite difundidas el 3 de abril por el El Correo de Washington muestran así las decenas de trincheras excavadas en las últimas semanas en Crimea, pero bajo control ruso desde 2014. El istmo situado al norte de este territorio, de menos de diez kilómetros de ancho y que bloquea el acceso a la península, ha sido especialmente fortificado. Pero también se erigieron líneas de defensa en las costas. Una señal de la fiebre de Moscú, que ya no parece excluir un ataque ucraniano en Crimea, incluso mediante una maniobra anfibia.

» Guerra de desgaste «

Esta multiplicación de fortificaciones fue decidida por Moscú tras el éxito de la contraofensiva ucraniana liderada en la región de Kharkiv a finales del verano. En unos diez días, las tropas mecanizadas de Kiev lograron romper las líneas rusas, que entonces se contentaron con ocupar las aldeas, y recuperaron 3.000 km.2 de su territorio. Se necesitó un obstáculo natural, el río Oskil, para frenar su avance y permitir que los soldados de Vladimir Putin redesplegaran su dispositivo. Sin él, los ucranianos, sin duda, habrían ido más lejos.

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