¿Hasta dónde llegará Brest? 4º en la Ligue 1, la emoción en torno al Stade Brestois


Martín Lange // Créditos: AFP

Brest recibe al Montpellier este domingo en el marco de la 18.ª jornada de la Ligue 1. Comienza a las 15.00 horas, la 4.ª a mitad de temporada con sólo el 15.º presupuesto de élite. Los bretones son el éxito del año. En Finisterre, saboreamos este éxito, como lo pudo comprobar Europa 1, presente durante la 32ª final de la Copa de Francia contra el Angers.

La sensación de mitad de temporada. Brest recibe al Montpellier este domingo en el marco de la 18ª jornada de la Ligue 1. El equipo es 4º a mitad de temporada con sólo el 15º presupuesto en la élite. En Finisterre, saboreamos este éxito, como pudo comprobar Europa 1, presente durante de la 32ª final de la Copa de Francia contra Angers. A más de una hora del inicio, ya hay decenas de aficionados delante del Penalty, el bar del estadio.

En el interior, Coco, la dueña, se desvive por servir las cervezas. «¡Soy patata caliente! ¡Estamos contando las cervezas de barril!», exclama. El público es familiar e intergeneracional pero todos miran al equipo con ojos de niños. “Ahora nosotros, los habitantes de Brest, estamos hablando de ello y todo el mundo quiere venir al estadio”, declara un seguidor.

10.000 seguidores

Incluso para los seguidores más antiguos del club, la situación actual es excepcional. «Yo tenía apenas dos meses, ¡ya estaba junto al bar cuando mi padre jugaba! ¡Es magnífico! Como dicen en Bretaña, nadie habría apostado un kopeck por este equipo», se deleita Jacky Le Gall, el recuerdo del club.

Esta tarde de enero, son casi 10.000 los que se enfrentan al frío. Su valentía se vio recompensada con la victoria del Brest por 1-0. El 15º presupuesto de la Ligue 1 continúa su buena racha hasta el punto de soñar con la Copa de Europa. Demasiado pronto responde el capitán Brendan Chardonnet. “No estoy seguro de que el estadio esté aprobado para la Copa de Europa”, bromea el jugador. “Mantén los pies en la tierra” es el mantra de los habitantes de Brest. Como símbolo, después de la ducha, todos vienen a saludar por última vez a sus jóvenes seguidores.



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