La culpa y el agotamiento están impulsando el mercado de la crianza


Cuando nació su primer hijo en 2007, Shiva Shaffii tuvo la clara impresión de haber sido engañada. “Todos me mintierondice con una gran sonrisa esta mujer de 44 años. Se me había ocultado la mitad de la realidad de la paternidad. Estaba exhausto, mi hijo no dormía. » Aislada – tuvo a su bebé en el extranjero – habla con su hermana gemela, madre antes que ella, que ostenta una perfecta paternidad de papel satinado – “estaban nadando en felicidad”. Luego descubre que su hermana ha hecho “una enorme tristeza posparto”que ella no le dijo a nadie. “Cuando empiezo a contar mis grietas, las lenguas se sueltan. Todos mis amigos piensan que son malos padres. »

En 2015, Shiva Shaffii creó «Padre agotado», una página de Facebook, luego una cuenta de Instagram y un podcast. Al contrario de muchos contenidos sobre el tema con un tono compasivo, “Padre agotado” se basa en el humor. Una oda a «perder» en un espíritu de Instagram: “Mi médico me dijo que era urgente que sacara de mi vida las fuentes de estrés. Tienen 7 y 15 años. ; “Estoy pasando la aspiradora con un niño siguiéndome mientras come un bizcocho. Eso resume bastante bien mi vida. » Éxito garantizado: “Padres agotados” llega a entre 10 y 15 millones de personas al mes, todos los medios juntos.

Los internautas escriben para hablar de sueño, pantallas, educación positiva, “porque ya no saben cómo posicionarse y actuardice Shiva Shaffii. Ser padre es un montón de mandatos judiciales que recaen sobre nosotros. Tienes que preparar verduras ecológicas para tu bebé, pero si es para flipar a las dos horas porque estás agotada, ¿no es mejor tener pequeñas ollas industriales? Mi hijo no está invitado a una fiesta de cumpleaños, ¿qué me perdí? »

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¿Qué me perdí? Esta es la pregunta que atormenta a los padres contemporáneos. Como si el futuro de sus hijos dependiera únicamente de ellos, con la misión de ponerlos en una plataforma de lanzamiento rezando para que no exploten como el transbordador. Desafiador. Esta lógica de la actuación –y, por tanto, del fracaso– aparece ya, en 1983, en el libro que (con éxito) inventó la noción de “desgaste parental” (Agotamiento de los padresDoubleday, sin traducir). «Nuestro papel es ayudar a los padres que experimentan agotamiento a recuperar un rendimiento óptimo y enseñar a otros cómo evitarlo», escriben los estadounidenses Joseph Procaccini y Mark W. Kiefaver, quienes, al introducir la noción de burn-out, también ubican la paternidad en una lógica gerencial. Estados Unidos está entonces en la era Reagan, donde el éxito es un desafío, desde la habitación de los niños hasta la oficina oval.

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