“La cultura francesa no está muy abierta al pluralismo político”


A pesar de sus divisiones, los grupos de oposición, ahora mayoritarios en la Asamblea Nacional, prometen jugar un papel importante y sin precedentes en los 16mi legislatura, que comenzó el 22 de junio.

La Vmi ¿Intenta la República reducir la oposición a la mínima parte? ¿Es diferente la situación en el Reino Unido o en Alemania? Aquí están las respuestas de Olivier Rozenberg, profesor del Centro de Estudios Europeos y Política Comparada de Sciences Po, que ha editado, con Eric Thiers, un excelente trabajo colectivo que reúne las reflexiones de historiadores, juristas y politólogos sobre lo opuesto (La oposición parlamentaria, Documentación en francés, 2013).

¿Qué análisis hace de los resultados de las elecciones legislativas?

Al invitar, al día siguiente de las elecciones, a los grupos de oposición a participar en la mayoría de las ideas, Emmanuel Macron tomó nota del carácter sin precedentes de la situación política. La oposición deberá ahora discutir y negociar los proyectos de ley presentados por la mayoría: por lo tanto, está fuertemente empoderada.

Estamos lejos del clima político evocado en 2004 por el constitucionalista Guy Carcassonne en un artículo dedicado a la «felicidad» de la oposición. “No más precauciones que tomar, no más moderación que mantener, ni el realismo ni la experiencia ponen frenos inoportunos a la libre expresión”, escribió en la revista Potestades.

Si bien las próximas discusiones entre la mayoría y la oposición pueden ser beneficiosas, la situación actual plantea dudas sobre la capacidad de las oposiciones para encarnar una alternativa real para el futuro. Al contrario de lo que ocurre con nuestros vecinos, existe incertidumbre sobre este tema: las oposiciones están divididas en tres polos, dominadas por movimientos radicales y la izquierda sigue muy dividida a pesar de su alianza electoral. Aquí perdemos una dimensión esencial de la dinámica opositora: la idea de que otro equipo podría gobernar fácilmente mañana.

La oposición en Francia a menudo se limita a una postura de protesta. ¿Es un legado de la historia?

Durante el XIXmi siglo, la noción de oposición se refería a diferencias relativas a la naturaleza misma del régimen, lo que no ayudaba a darle cabida. Así, los poderes de los monárquicos quedaron limitados, a principios del IIImi República, en nombre de la necesaria salvaguarda de la forma republicana de gobierno.

en el XXmi siglo, el debate constitucional amainó, pero la noción de oposición permaneció vaga: no se adquirió la disciplina de voto de los grupos parlamentarios y las estrategias de alianza fluctuaron según la coyuntura política. A menudo hablamos, no de la “oposición”, sino de la “minoría”: el término no se refiere a una estrategia política, sino a una observación aritmética durante el voto de censura.

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