Todos los desarrolladores de viviendas tienen el mismo problema: muchos proyectos ya no pueden implementarse debido al rápido aumento de los precios de la construcción y los cuellos de botella en las cadenas de suministro. «De alrededor de 30 proyectos que planeamos adjudicar actualmente, solo podemos comenzar cuatro o cinco», dice Roland Wernik, director general de Salzburg Wohnbau.
Por lo tanto, la empresa se ha vuelto creativa y ha utilizado ideas de empresas industriales. «Analizamos qué proyectos podemos dividir en varios pasos de trabajo», explica Wernik. Esto es para asegurar que los recursos se utilicen de manera óptima. En algunos proyectos, por ejemplo, la construcción de la carcasa se adelanta y luego se hace resistente al invierno. Luego en la primavera continuará. “No queremos paralizarnos, queremos seguir trabajando. Tratamos de hacer de la necesidad una virtud”, dice el director de obra.
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Los crecientes costos de construcción también se están convirtiendo en un desafío cada vez mayor para las comunidades, informa el alcalde de Walser, Joachim Maislinger (ÖVP): «Para la nueva construcción de la escuela primaria Wals-Siezenheim, nuestro primer premio fue de 20 millones de euros, ahora estamos en más de 30 millones».