La estatua del Padrino ha vuelto a casa


Final feliz para un thriller de arte: en la noche del 10 al 11 de diciembre de 1990, extraños irrumpieron en una capilla en Seeben y robaron la estatua de Dios Padre de casi 60 centímetros de altura. Las investigaciones en ese momento quedaron en nada.

Controles de rutina con éxito
Pero el verano pasado, los investigadores de bienes culturales descubrieron la cifra durante los controles de rutina de las ofertas de subasta. La valiosa pieza fue asegurada. Se descubrió que el propietario era un hombre de 66 años del distrito de Amstetten, que heredó la figura de sus padres.

Con el consentimiento del hombre, el inspector del departamento Friedrich Sedlak entregó la sagrada obra de arte al pastor Franz-Xaver Hell y al alcalde Adalbert Haydn más de 30 años después de su desaparición.



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