La excelente temporada de incendios en Canadá es siete veces más probable debido al calentamiento global


El verano del hemisferio norte está marcado por incendios devastadores. Grecia, Hawaii, Tenerife… En todas partes, los brotes han creado desastres, obligando a los residentes a huir y empujando a las autoridades tomadas por sorpresa. El acontecimiento más extremo siempre tiene lugar en Canadá. Por su duración, los primeros incendios comenzaron a principios de marzo; por su extensión geográfica, desde el oeste al este del país hasta el extremo norte; y por la multiplicidad de focos, casi mil aún activos, la temporada alcanzó récords en este inmenso país.

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Según las últimas estimaciones, casi 14 millones de hectáreas de bosques se han esfumado, el equivalente a la superficie de Grecia. En 1989, el año récord anterior, se quemaron 7,6 millones de hectáreas. Al final, 2023 será sin duda dos veces más desastroso, como símbolo de la “tiempos inciertos y aterradores”, en palabras de Justin Trudeau, el primer ministro canadiense. La intensidad de esta temporada vuelve a plantear la cuestión de la influencia del cambio climático en las condiciones de los incendios.

Para intentar responder a esta pregunta, dieciséis investigadores de diferentes campos (climatología, agroforestería, meteorología, etc.) y de varios países (Canadá, Reino Unido, Países Bajos, Estados Unidos) han profundizado en este tema en un estudio publicado el martes 22 de agosto. Como parte de World Weather Attribution (WWA), un grupo de científicos se reunió para medir la influencia de los cambios antropogénicos en los desastres. En este estudio, que se centra en los incendios ocurridos en una región de Quebec entre mayo y julio, los investigadores se basaron en el Fire Weather Index (FWI), un índice meteorológico utilizado por las autoridades canadienses. El FWI se calcula midiendo varios valores, entre ellos la temperatura, la humedad y la velocidad del viento a 10 metros del suelo. Hicieron sus cálculos a partir de dos subíndices derivados del FWI, uno que mide los siete días de la temporada más propensos a incendios (llamado FWI7X) y el otro que refleja la acumulación de condiciones climáticas entre enero y junio (cumDSR).

“Podría ser incluso peor”

Este método permite a los autores descifrar la influencia del clima. “El tiempo y las condiciones climáticas tienen un impacto significativo en las características de los incendios forestales en varios niveles temporales y espaciales”, escriben, precisando que estos factores no son suficientes para explicarlo todo. “Los incendios forestales son fenómenos complejos que no sólo están vinculados al clima, sino también a la vegetación, el uso del suelo y la actividad humana. »

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