Según se informa, detrás de escena en Bungie, el desarrollador de Destiny 2, la moral está en su punto más bajo después de los despidos masivos en la compañía y otras medidas de reducción de costos. En un nuevo informe de IGN, fuentes del estudio afirman que se ha creado una atmósfera «desgarradora» y que la compañía corre el riesgo de ser completamente absorbida por Sony.
Si bien Bungie fue adquirida por Sony por 3.600 millones de dólares en 2022, en el papel, la empresa aún ha podido operar de forma relativamente independiente. Tras la adquisición, su junta directiva está formada por el director de PlayStation Studios, Herman Hulst, el vicepresidente senior de Sony, Eric Lempel, el director de tecnología de Bungie, Luis Villegas, el cofundador de Bungie, Jason Jones, y el director ejecutivo de Bungie, Pete Parsons. Básicamente, Parsons obtiene un voto de desempate en las decisiones, pero el problema aquí es que Sony obliga a Bungie a cumplir ciertos objetivos financieros.
Si Bungie no cumple con estos objetivos, Sony puede disolver legalmente la junta y asumir pleno poder de voto de la empresa. Es un escenario que parecía cada vez más probable después del lanzamiento de Lightfall a principios de este año, ya que la expansión mal recibida hizo que el estudio incumpliera su pronóstico financiero para 2023 en un 45% y el recuento de jugadores de Destiny 2 alcanzara mínimos históricos. Según IGN, Parsons tomó la decisión de despedir a 100 miembros del personal en varios departamentos en un esfuerzo por reducir costos, mientras que otras iniciativas para elevar la moral en la empresa se redujeron sustancialmente.
Bungie también instituyó una congelación de contrataciones, eliminó las bonificaciones de vacaciones, redujo los presupuestos de viajes y también está pausando o poniendo fin a varios beneficios para los empleados, como ajustes de compensación anual que estarían en línea con las tasas del mercado. Según el informe, cuando los empleados preguntaron si los líderes de Bungie también aceptarían recortes salariales para evitar despidos, un jefe de departamento dijo que Bungie «no era ese tipo de empresa».
La moral ha recibido un gran golpe, y IGN informó que la alta dirección de Bungie pareció mostrar una «sorprendente cantidad de indiferencia o incluso absoluta ligereza u hostilidad» sobre la situación actual. Según se informa, se esperan más despidos si The Final Shape no logra un mejor rendimiento que Lightfall, algo que Bungie busca evitar retrasando la expansión de febrero a junio.
El desarrollador ha equilibrado su independencia entre épocas en las que trabajó bajo Microsoft y tuvo un acuerdo de publicación con Activision Blizzard. Después de separarse de Activision Blizzard en 2019, Bungie se estableció rápidamente como líder en el mercado de juegos de servicio en vivo manteniendo un alto nivel de moral de los empleados. Según fuentes de IGN, el sentimiento actual en Bungie es que la era «orientada a las personas» ha terminado y que la confianza entre los empleados y la dirección se ha erosionado.
Por ahora, Bungie se encuentra en una posición precaria ya que los empleados se encuentran atrapados en medio de un supuesto liderazgo deficiente y las altas expectativas de Sony para el estudio Destiny.
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