La respuesta era esperada. Solo tardó un poco más de lo habitual, quizás señal de cierto exceso de trabajo de la diplomacia rusa en el contexto de la “operación especial” llevada a cabo en Ucrania. El miércoles 18 de mayo, Moscú anunció la expulsión de decenas de diplomáticos europeos destacados en Rusia, en represalia por la, mes y medio antes, de diplomáticos rusos por capitales europeas.
Convocados uno tras otro a la Plaza de Smolensk, sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, en Moscú, los embajadores de Francia, España e Italia fueron notificados de estas expulsiones: 34 para Francia, 27 para España, 24 para Italia. Cada vez, estas cifras son ligeramente inferiores a las de los rusos expulsados a principios de abril. En ese momento, como parte de un «enfoque europeo»París había exigido la salida de 41 diplomáticos rusos acusados de participar en actividades de espionaje.
El miércoles, el Quai d’Orsay protestó contra la expulsión «sin ningún fundamento legítimo» de sus propios diplomáticos, señalando la diferencia de motivación entre estas medidas: “El trabajo de los diplomáticos y el personal de nuestra embajada en Rusia está, por el contrario, completamente dentro del marco de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y Consulares”, subraya la diplomacia francesa. Roma también mencionó, a través del presidente del directorio, Mario Draghi, «un acto hostil». Una fórmula que los líderes franceses se han cuidado de no utilizar.
Por su parte, Moscú denunció «la decisión provocadora e infundada de las autoridades francesas» expulsar a los diplomáticos rusos, advirtiendo que esta decisión “daño grave a las relaciones ruso-francesas, así como a la cooperación bilateral constructiva”.
El servicio económico más afectado
Muchos otros países europeos, como Alemania, Eslovenia, Austria, Polonia, Grecia o Croacia, han expulsado masivamente a diplomáticos rusos desde el inicio de la ofensiva en Ucrania el 24 de febrero -expulsiones acompañadas, en algunos casos, de cargos de espionaje-. En total, estas decisiones concertadas dentro de la Unión Europea y con Washington afectaron a más de trescientas personas. Moscú había prometido responder a cada una de estas medidas, y decenas de diplomáticos occidentales ya han sido expulsados de Rusia.
Es probable que el trabajo de la embajada de Francia en Moscú se vea afectado, aunque los diplomáticos destacan que tuvieron tiempo de prepararse para esta decisión. La medida notificada al embajador Pierre Lévy afecta a cerca de un tercio del personal diplomático destinado en Moscú. Los interesados tienen quince días para salir de Rusia. Una segunda ola podría ocurrir un poco más tarde.
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