La escena de la bomba en cuestión podría haber salido directamente de una película de Harold Lloyd o Buster Keaton por lo simple e hilarante que es. Al infiltrarse en la guarida de un villano, ubicada dentro de una taberna del muelle, Batman encuentra una bomba enorme, con la mecha ya encendida. Este es un mundo de dibujos animados, por lo que la bomba es una gran esfera negra como en un episodio de «Rocky & Bullwinkle». Batman recoge la bomba, la lleva a la taberna e implora a todos que huyan para salvar sus vidas. Luego corre hacia el muelle, con la esperanza de lanzar la bomba en un área deshabitada. Sin embargo, el muelle está tan lleno que Batman está constantemente bloqueado. Una banda de música se interpone en su camino. Luego algunas monjas. Una pareja de amantes besándose en un bote de remos. Al otro lado del muelle… patitos. «Algunos días», se lamenta Batman, «simplemente no puedes deshacerte de una bomba».
Adam West recordó cómo ese tipo de comedia se reprodujo en los primeros días del programa y cómo se decidió el tono exacto:
«Crear escenas que fueran graciosas y ridículas y, sin embargo, ingeniosamente maravillosas. Por ejemplo, en primer lugar, teníamos grandes escritores y nuestros directores eran buenos, la mayoría de ellos. Y lo maravilloso es que el productor ejecutivo, el difunto Bill Dozier y los demás, Charlie Fitzsimons y yo, nos juntamos con el mismo tipo de concepto sobre el tono y lo que estábamos haciendo, y cómo queríamos hacerlo».
Una vez decidido, la comedia fluyó. West vio que sus discusiones exactas dieron sus frutos con la escena de la bomba.