Con el difícil panorama económico que sigue afectando a más sectores en todo el mundo, un número creciente de empresas están sintiendo los efectos. A pesar de la disminución de los presupuestos, una nueva investigación de Crayon ha encontrado que una abrumadora mayoría (95 %) de las empresas globales no logran optimizar por completo los presupuestos de TI.
El estudio de más de 2000 tomadores de decisiones de TI (ITDM), que refleja los 171 000 despidos realizados por 594 empresas de tecnología durante los primeros meses de 2023, encontró que nueve de cada 10 empresas mencionaron la optimización de costos de TI como una alta prioridad.
De cara al futuro, Crayon ha destacado algunos puntos clave que fallan para ayudar a las empresas a retomar el rumbo y controlar sus gastos una vez más.
Reduzca el gasto en TI y en la nube
Según la encuesta, poco más de un tercio (35 %) de las empresas están evaluando activamente su gasto en TI, lo que indica la escala de dinero potencialmente desperdiciado que podría reinyectarse en algo con un mejor ROI o ahorrarse por completo.
Según las medidas del estudio de Crayon, más empresas ahora recurren a FinOps en lugar de dejar las decisiones de costos a su CFO o equipos financieros. El método FinOps ve más colaboración entre departamentos para crear una mejor comprensión, racionalización y optimización en general, y ha sido más notable en países como Singapur, Arabia Saudita y ciertas partes de Escandinavia.
Este movimiento también refleja la falta de tiempo entre los principales responsables de la toma de decisiones y la falta de visibilidad de los gastos de la organización, ya que los modelos comerciales completos se ven obligados a adaptarse.
La gerente general de Crayon, Hayley Mooney, explica: “Muchas empresas no dan [IT spending] el mismo tipo de escrutinio que otras partidas importantes”.
Mooney continúa: “Para superar esto y capear la tormenta tanto ahora como en el futuro, las organizaciones deben colaborar con un socio para trazar las líneas correctas entre diferentes tecnologías y plataformas, necesidades comerciales, detalles contractuales y suscripciones pasadas por alto, estructuras organizacionales, brechas de habilidades. , y mucho más.»
Esta colaboración se puede ver de manera más amplia a medida que Big Tech se encuentra bajo una presión cada vez mayor de los casos antimonopolio y otras advertencias similares, lo que hace que muchos sospechen que aprovechar un entorno más colaborativo con terceros puede ser el camino a seguir.