La muerte de François Hadji-Lazaro, fundador de los grupos Pigalle y Les Garçons Bouchers


Figura del rock alternativo francés, al frente de bandas como Pigalle o Les Garçons Bouchers, un personaje con más facetas de las que su físico de ogro punk sugeriría, el cantante, autor, compositor, productor, multiinstrumentista y actor François Hadji- Lázaro falleció el sábado 25 de febrero en París, a los 66 años, tras varios meses de enfermedad, anunció su discográfica, Universal Music France.

Nacido el 22 de junio de 1956, en un 15mi distrito de París aún popular, este hijo de militantes comunistas está destinado ante todo a la carrera de maestro. Hasta que su pasión por la música se hizo cargo. Lejos de las explosiones eléctricas, el descubrimiento, en su adolescencia, de Bob Dylan lo convirtió a la energía acústica del folk.

Tras hacerse con la guitarra seca, el autodidacta parisino se formó en una instrumentación que olía a campo, ya fuera americana, celta, auvernia, mediterránea… Banjo, dulcémele, violín, acordeón, zanfoña, gaita, flauta, mandolina , bouzouki: el cantante dominará hasta una veintena de instrumentos que le servirán, a lo largo de su carrera, para variar las atmósferas de sus discos así como de sus conciertos.

Los corredores y los trenes del metro sirven de primeros escenarios, hasta la formación del grupo Pénélope, formado a finales de los años 70 con compañeros encontrados en el circuito folklórico. Sin embargo, la poesía bucólica le inspira menos que la realidad urbana del París nocturno en el que se sumerge a diario. En 1982, lanzó un nuevo proyecto, Pigalle, con el bajista Daniel Hennion, y comenzó a escenificar un realismo oscuro, observado en particular en los bares que frecuentaba en el 18mi19mi y 20mi distritos de París.

Punk «hazlo tu mismo»

A mediados de la década de 1980, fue en este entorno que una nueva escena del rock parisino comenzó a afirmarse. Sin reconocerse en ningún medio, ignorada por discográficas y organizadores de conciertos, aplica con determinación la filosofía del «hazlo tú mismo». punk, al tiempo que se libera del modelo anglosajón. Squats como los de Palikao o Cascades, cafés parisinos como Chez Jimmy o L’Auvergne acogen las primeras actuaciones de Bérurier Noir, Ludwig Von 88, Parabellum o Wampas.

Acostumbrado a lugares, donde su estatura, mantenida por la práctica del rugby (en el Club Universitario de París), lo impone a veces como miembro del servicio de seguridad, François Hadji-Lazaro se reconoce en esta efervescencia autónoma. Hasta el punto de lanzar, en 1987, un nuevo grupo, Les Garçons Bouchers, mezclando la rabia punk, el humor carnívoro y la canción francesa.

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