La NASA se ha asociado con SpaceX y el Programa Polaris para explorar el potencial de usar una nave espacial Dragon para empujar el Telescopio Espacial Hubble a una órbita más alta, prolongando así su vida.
Desde su lanzamiento en abril de 1990, el telescopio espacial Hubble se ha convertido en una potencia científica. Hasta la fecha, ha capturado más de 1,5 millones de observaciones del cosmos y ha impulsado la publicación de más de 19 000 artículos científicos.
Lamentablemente, el legendario telescopio no puede seguir observando los cielos para siempre. Hubble está comenzando a mostrar su edad. Durante las últimas tres décadas, el robusto observatorio ha sufrido una serie de problemas de hardware y software, los más graves de los cuales se solucionaron en audaces misiones de servicio de la era de los transbordadores.
Sin embargo, a pesar de estas dificultades, sigue siendo una herramienta impresionante para los astrónomos que intentan desentrañar los misterios del universo.
“Después de más de 32 años, el Hubble sigue siendo increíblemente productivo desde el punto de vista científico, con capacidades únicas para explorar las incógnitas del universo”, dijo el director del proyecto del Telescopio Hubble, Patrick Crouse, durante una conferencia de prensa conjunta de la NASA y SpaceX. «El uso de estas capacidades únicas, trabajando en conjunto con el Telescopio Espacial James Webb, permite una mayor productividad que cualquiera de las misiones habría logrado trabajando por su cuenta».
Uno de los principales factores que limitan la vida útil del Hubble es su órbita que decae lentamente. Tras su lanzamiento en 1990, Hubble se colocó en una órbita estable de 380 millas de altura. Sin embargo, en los últimos 32 años, la resistencia atmosférica ha obligado al telescopio a una órbita más baja, a solo 335 millas sobre la superficie de la Tierra. Las proyecciones más recientes le dan al Hubble una probabilidad del 50/50 de quemarse en la atmósfera de la Tierra en algún momento del año 2037.
Una nueva esperanza
Sin embargo, dependiendo del éxito de un nuevo estudio, Hubble puede recibir un aplazamiento. La NASA anunció recientemente un nuevo Acuerdo de la Ley Espacial, o asociación, con SpaceX y el Programa Polaris, en el que los colaboradores explorarán el potencial de usar una nave espacial Dragon para impulsar la órbita degradante del Telescopio Espacial Hubble.
Esto sería un esfuerzo complicado. Descubrir cómo hacer que dos naves espaciales se encuentren en la órbita terrestre baja es una tarea compleja en el mejor de los casos, aunque se ha vuelto relativamente común en los vuelos espaciales modernos gracias a los requisitos de rotación de la tripulación de la Estación Espacial Internacional.
Los científicos también deberán desarrollar una forma de modificar una nave espacial Dragon para permitir que se acople de forma segura con el telescopio y descubrir cómo encender sus propulsores para elevar la órbita del Hubble sin poner en riesgo sus delicados instrumentos.
La clave para acoplar de forma segura las dos naves espaciales podría ser el mecanismo de captura suave que se instaló en el mamparo de popa del Hubble durante la última misión de servicio del transbordador en 2009. Esta adición en forma de anillo se diseñó inicialmente para permitir que una sonda robótica se aferrara al observatorio para sacarlo de órbita de forma controlada. Sin embargo, podría ser igualmente un medio para extender la vida del Hubble.
El estudio de factibilidad de 6 meses también examinará si una misión de este tipo podría dar servicio al telescopio, por ejemplo, reemplazando algunos de los giroscopios que ayudan al Hubble a permanecer estable mientras realiza observaciones de estrellas y galaxias distantes.
En un escenario ideal, la NASA y SpaceX buscarían impulsar el Hubble de regreso a su órbita inicial a 380 millas sobre la Tierra, un movimiento que extendería significativamente su carrera científica y le permitiría complementar las observaciones realizadas por el Telescopio Espacial James Webb.
La NASA desea enfatizar que el acuerdo con SpaceX es simplemente un estudio de factibilidad diseñado para explorar oportunidades comerciales y que no se ha comprometido a dar luz verde a una misión de servicio. Tampoco está pagando a SpaceX o al Programa Polaris para que lleven a cabo su parte de la investigación.
Sin embargo, si los resultados del estudio son prometedores, la oportunidad de extender la carrera científica del Hubble sería una perspectiva tentadora.
De todos modos, si bien Hubble y Dragon serán el foco del nuevo estudio, sus hallazgos podrían usarse para informar cualquier misión futura que busque dar servicio a una nave espacial o darle un impulso orbital.
“SpaceX y el Programa Polaris quieren expandir los límites de la tecnología actual y explorar cómo las asociaciones comerciales pueden resolver de manera creativa problemas complejos y desafiantes”, comentó Jessica Jensen, vicepresidenta de operaciones e integración de clientes de SpaceX. “Misiones como el mantenimiento del Hubble nos ayudarían a expandir las capacidades espaciales para, en última instancia, ayudarnos a todos a lograr nuestros objetivos de convertirnos en una civilización multiplanetaria que viaja por el espacio”.
Anthony Wood es un escritor científico independiente para IGN.