La NASA recupera el contacto con la Voyager 2 después de que oscureciera durante dos semanas


La NASA ha restablecido la conexión con la Voyager 2 después de dos semanas tensas de no escuchar nada de la sonda. El 21 de julio, la agencia perdió contacto con la Voyager 2 luego de una serie de comandos planificados que la señalaron por error a dos grados de distancia de nuestro planeta. Si bien está programado para restablecer automáticamente su orientación el 15 de octubre, no sorprende que los científicos de la NASA no esperaran esa fecha para saber si la nave espacial todavía está funcionando. La Voyager 2 se lanzó en 1977 y es una de las dos únicas sondas que nos envían datos valiosos sobre el espacio interestelar.

Durante unos días después del 21 de julio, la NASA ni siquiera estaba segura de cuál era la condición de la nave espacial. No fue hasta el 1 de agosto que múltiples antenas terrestres de la Red de Espacio Profundo (DSN) pudieron detectar una señal portadora de la sonda. Una señal portadora es lo que usa una nave espacial para enviar datos de regreso al suelo, pero la NASA dijo que la DSN detectada era demasiado débil para poder transmitir cualquier información. Aún así, fue suficiente para confirmar que la Voyager 2 seguía funcionando y que no se había desviado de su trayectoria.

En lugar de simplemente esperar a octubre, el equipo de tierra de la Voyager decidió actuar. Idearon un plan para «gritar» una orden a la nave espacial a través de más de 12,300 millones de millas de espacio usando el DSN, diciéndole que volviera su antena a la Tierra. Todo el proceso ilustró cuán vasto es realmente el espacio exterior: tomó 18,5 horas para que ese mensaje llegara a la sonda, y otras 18,5 horas para que la NASA comenzara a recibir datos científicos y de telemetría nuevamente, lo que indica que la Voyager 2 había recibido el comando.

Esta no es la primera vez que la NASA ha tenido problemas con la nave espacial. En 2020, tuvo que brindar asistencia técnica desde miles de millones de kilómetros de distancia después de que activó un sistema que apagó su equipo científico para conservar electricidad. La Voyager 2 ingresó al espacio interestelar, lo que significa que salió de la burbuja de plasma creada por nuestro sol, en 2018, convirtiéndose en el segundo objeto hecho por humanos en hacerlo después de la Voyager 1. Aunque la NASA cree que tanto la Voyager 1 como la 2 podrían permanecer en contacto con el DSN hasta 2036, también dice que «es probable que los datos científicos no se recopilen después de 2025». La nave espacial solo podría proporcionarnos información sobre el espacio interestelar durante menos de dos años, por lo que es lógico que los científicos no quieran perder ni un solo día que pueda enviar datos a la Tierra.



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