La primera acción legal tuvo lugar en junio del año anterior. Luego, el jurado encontró que el primer ataque, en el que nadie resultó herido, fue un intento de asesinato. La segunda parte con la puñalada en el estómago fue considerada como lesiones corporales por negligencia grave, y el arrendador fue condenado inicialmente a ocho años de prisión. El veredicto de culpabilidad en el caso de la puñalada en el estómago pasó a ser firme, pero la posible tentativa de asesinato tuvo que ser juzgada nuevamente el viernes por un error formal.
Una historia aleatoria en estado de embriaguez
«Todo fue una historia al azar», declaró el fiscal Daniel Weinberger. Estaba claro desde el principio que el alcohol jugaba un papel. Lo que era inusual era el hecho de que el posadero en realidad no tenía conexión con los hombres a los que estaba apuntando. El fiscal vio el motivo como un insulto que se remontaba a una mesera que rechazó al imputado meses antes. En ese momento, ella había sido una invitada acompañada por uno de los dos hombres.
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