La simulación de Marte de un año de duración de la NASA es una prueba de temple mental


Con la simulación de Marte, Haney sugiere que la NASA debería observar a la tripulación en busca de signos de peligro, como síntomas de depresión, irritabilidad y mal humor, y cambios en los patrones de sueño y alimentación. Y para la tripulación, recomienda crear rutinas, incluidos rituales sociales, y tratar de comunicarse con el mundo exterior, no solo con el control de la misión de la NASA, para disminuir la sensación de aislamiento.

Por su parte, Haston planea traer videos de lugares familiares y grabaciones de audio de sonidos y música que tienen significado para ella, anticipando la inquietante falta de sonido en el entorno simulado de Marte. Ella también planea usar la meditación para lidiar con la ansiedad.

Chapea se basa en experimentos similares a Marte anteriores, incluida la simulación Hi-SEAS financiada por la NASA en la ladera norte del volcán Mauna Loa en Hawai. Hi-SEAS realizó seis experimentos entre 2013 y 2018, y el último fue abortado después de solo cuatro días cuando un miembro de la tripulación tuvo que ser llevado a un hospital después de sufrir una descarga eléctrica.

Kate Greene, autora de Érase una vez que viví en Marte, estuvo en la primera tripulación de Hi-SEAS, que vivió en el hábitat durante cuatro meses. (Uno de sus compañeros de tripulación era Sian Proctor, una geocientífica y artista que luego voló en órbita en Inspiration4 de SpaceX). Greene cree que estos programas son útiles. “Lo que los hace valiosos es un diseño experimental reflexivo”, dice ella. “Creo que es de suma importancia considerar los factores humanos involucrados en una misión espacial de larga duración. Como Kim Binsted, director de Hi-SEAS, solía decir: «Si algo sale mal psicológica o sociológicamente con la tripulación, puede ser tan desastroso como si explotara un cohete».

Ashley Kowalski, quien participó en una simulación de Marte de ocho meses llamada SIRIUS-21 dirigida por la NASA y las agencias espaciales rusa, francesa y alemana, dice que también son buenos para ayudar a las futuras tripulaciones a prepararse psicológicamente con anticipación. “Hasta que no estás en ese tipo de ambiente, realmente no sabes cómo reaccionarás ante los problemas y situaciones que surjan”, dice ella.

En última instancia, una misión real a Marte será mucho más difícil que cualquier simulación en la Tierra. Esos astronautas tendrán que preocuparse por amenazas como la radiación espacial, los efectos en la salud de la microgravedad y quedarse sin agua, alimentos, energía y aire respirable. Y a diferencia de los voluntarios de Chapea, si se cansan de sus compañeros de tripulación, no pueden simplemente renunciar.

Pero Haston también destaca el lado positivo de esta situación única. “Están las personas negativas que mencionan: ‘Van a ser cuatro personas que se están poniendo de los nervios’. Pero también nos convertiremos en una gran unidad que puede hacer cosas y entenderse entre sí de una manera que la mayoría de la gente no tiene en su lugar de trabajo”, dice. Serán tan dependientes el uno del otro, y también tan cercanos el uno del otro. Ver ese resultado será increíble”.



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