Netflix está de regreso con otra serie sobre crímenes reales y, esta vez, se centra en un caso que fue apodado la «Gone Girl de la vida real».
En 2015, Denise Huskins y su novio Aaron Quinn fueron drogados por un intruso en su casa en California, quien luego secuestró a Denise y la retuvo para pedir un rescate. Cuando Quinn acudió a la policía en busca de ayuda, se encontró bajo investigación, y las sospechas aumentaron aún más cuando Huskins reapareció dos días después, ileso, afuera de la casa de sus padres. La policía local dijo que creía que el secuestro había sido montado y exigió que la pareja se disculpara ante el público.
Según la descripción de Netflix, la serie documental de tres partes «desvela las consecuencias de nuestra prisa cultural por juzgar y el daño causado cuando las fuerzas del orden deciden que la verdad no puede ser cierta».
Gone Girl, una novela de Gillian Flynn, publicada por primera vez en 2012, que fue adaptada al cine por David Fincher en 2014, sigue a Amy Dunne (Rosamund Pike), una mujer que finge su propio secuestro y cuyo marido Nick (Ben Affleck) es el principal sospechoso de la policía en su desaparición.
La nueva serie proviene de Raw TV, la productora responsable de otro éxito de crímenes reales de Netflix: The Tinder Swindler de 2022. Ese documental se centró en las mujeres escandinavas que fueron estafadas con cientos de miles de dólares por Shimon Hayut, un hombre que se hacía pasar por Simon Leviev, hijo de un magnate de los diamantes, en la aplicación de citas Tinder. Atraía a las víctimas llevándolas a citas costosas y estableciendo relaciones a larga distancia, antes de pedirles que le solicitaran líneas de crédito a su nombre, para poder pagar lo que, según él, eran grandes necesidades de seguridad.
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