Primero, considere las especificaciones de la cámara. El campo de visión, o FOV, le indica qué tan amplia es el área que puede grabar su cámara. La mayoría de las dashcams tienen ángulos FOV entre 130 y 160 grados con un promedio de alrededor de 140 grados, lo que debería brindarle una vista de varios carriles de la autopista o una gran intersección en caso de accidente. Cuanto más amplio sea el ángulo, más amplia será la vista.
Desea suficiente resolución para que cualquier metraje que grabe la cámara sea lo suficientemente nítido como para distinguir detalles importantes. Según los expertos con los que hablamos, debe buscar una resolución mínima de 720p, pero si desea la imagen más clara posible, algunas dashcams de gama alta llegan hasta 4K. Eso puede parecer excesivo, pero es útil si está tratando de leer una matrícula o es testigo de un accidente en la distancia.
Otra característica a tener en cuenta es si la cámara tiene visión nocturna. Un accidente puede ocurrir en cualquier momento, y tener una cámara que pueda grabar adecuadamente un incidente con poca luz es crucial. Finalmente, si su dashcam tiene «modo de estacionamiento», eso significa esencialmente que tiene un sensor de movimiento y puede grabar lo que sucede alrededor de su automóvil, incluso cuando el encendido está apagado. Esta característica le permite atrapar cualquier cosa que pueda rayar o golpear su automóvil en la calle o en un estacionamiento.