«La carrera contra el cambio climático es a la vez una maratón y una carrera de velocidad», declara un nuevo informe de las Academias Nacionales de Ciencias de EE. UU. Si bien debemos comenzar a descarbonizar de inmediato con la tecnología que tenemos ahora, el sprint, el proceso continuará durante décadas, durante las cuales la tecnología que aún está en desarrollo podría desempeñar un papel fundamental.
La tecnología en cuestión en el informe es una nueva generación de reactores nucleares basados en una tecnología diferente; son más pequeños y fáciles de construir, y potencialmente podrían usar diferentes refrigerantes. La próxima generación de diseños está trabajando para evitar los retrasos y los sobrecostos que están paralizando los intentos de construir reactores adicionales tanto aquí como en el extranjero. Pero su desempeño en el mundo real seguirá siendo una incógnita hasta la próxima década como mínimo, colocándolos de lleno en la parte «maratoniana» de la carrera.
El nuevo informe se centra en lo que debe hacer EE. UU. para garantizar que la nueva generación de diseños tenga la oportunidad de ser evaluada según sus méritos.
La próxima generación
La mayoría de los diseños de energía nuclear de próxima generación entran en la categoría de lo que se denomina reactores modulares pequeños (SMR). Estos diseños tienen dos énfasis: son modulares y potencialmente podrían producirse en masa, y se centran en la seguridad inherente. Combinados, estos factores teóricamente permitirán una producción rápida y económica de reactores y una huella mucho menor para la planta de energía de apoyo donde se instalan los reactores.
Muchos de ellos generan energía hirviendo agua. Pero algunos usan refrigerantes más inusuales, como gas, sal fundida o sodio líquido. Sin embargo, cada uno de ellos comparte una característica crítica: no se han construido. Todas las expectativas que podamos tener sobre sus costes, producción de electricidad, etc., son estimaciones. El único diseño modular pequeño aprobado se incorporará primero a una planta de energía a fines de la década, si todo va bien. Algunas otras compañías planean estar listas para entrar en producción antes, pero sus diseños aún no han sido aprobados.
Si bien es poco probable que estos diseños compitan en costos con las energías renovables, tienen una serie de usos potenciales una vez que se haya recogido la fruta al alcance de la mano de la descarbonización. Estos incluyen ayudar a gestionar la intermitencia de las energías renovables, proporcionar calor para procesos industriales difíciles de descarbonizar e incluso la desalinización o la producción de hidrógeno (ya sea para uso directo o para la producción de combustibles sintéticos).
El informe reconoce que la utilidad potencial de los diseños de próxima generación está completamente en el aire, y señala que dependerá de «la evolución de la política energética, la economía comparativa con otras tecnologías energéticas, el desafío de construir plantas dentro del presupuesto y el cronograma, la demanda futura de energía y la estructura de la red, las preferencias sociales y la perspectiva de utilizar la energía nuclear para fines que van más allá de la generación de electricidad».
Pero los autores del informe escriben que es valioso mantener la energía nuclear de próxima generación como una opción, ya que no sabemos cómo evolucionará ninguno de esos factores en las próximas décadas.
Para que todo salga bien, hay una lista igualmente larga de cosas que deberán lograrse. Estos incluyen «completar demostraciones de nuevas tecnologías de reactores, verificar nuevos casos comerciales (por ejemplo, aplicaciones no eléctricas), mostrar métricas de costos mejoradas que sean competitivas con otras tecnologías de generación de energía con bajas emisiones de carbono, mejorar la construcción y la gestión de proyectos en comparación con las construcciones actuales de LWR, obtener la aprobación regulatoria oportuna, obtener la aceptación social en las comunidades anfitrionas y responder a las obligaciones de seguridad y salvaguarda», dice el informe.
El enfoque del informe es cómo podemos crear un entorno favorable para que esas cosas sucedan.