Este es quizás el único hecho sobre el que los economistas no tienen dudas, pero tampoco lo sostienen: en 2024, el riesgo número uno para la economía será… la geopolítica. Las secuelas de la guerra liderada por Rusia en Ucrania, la posible extensión del conflicto entre Israel y Hamás, la continuación o no de los problemas en el Mar Rojo pesarán en las ecuaciones económicas. A lo que hay que añadir la serie de grandes elecciones que marcarán el calendario. “El año que viene, el 60% del PIB mundial se verá afectado por las elecciones y ninguna región se salvará”señalan los economistas de Allianz Trade.
Si las elecciones europeas de junio ya están en la mente de la gente, también habrá que tener en cuenta las elecciones legislativas en la India y el Reino Unido. Pero, sobre todo, dos elecciones presidenciales podrían tener consecuencias decisivas para el resto del mundo: la de Taiwán, en enero, y luego, en noviembre, las elecciones supremas en Estados Unidos. “Estas incertidumbres políticas podrían congelar a hogares y empresas en una actitud de esperar y ver qué pasa, con el riesgo de pasar un año sin impulso”, analiza Ludovic Subran, economista jefe de Allianz. Además, en ciertos países no se excluyen nuevos cambios políticos, como el marcado por la llegada del populista Javier Milei a Argentina en diciembre.
¿La recesión sigue al acecho?
A principios de 2023, muchos economistas consideraron que, debido al aumento de los tipos de la Reserva Federal (Fed) y, por tanto, de los costes crediticios, era inevitable una recesión en Estados Unidos. Se equivocaron: la economía estadounidense se ha mantenido sorprendentemente bien, en particular gracias al buen desempeño del mercado laboral y al enorme apoyo presupuestario de la administración Biden. “En los próximos meses, el país debería experimentar un aterrizaje suave”, estima Gilles Moëc, economista jefe de Axa. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), el producto interior bruto (PIB) estadounidense debería crecer un 1,5% en 2024, tras un 2,1% en 2023.
El panorama es un poco menos alentador a este lado del Atlántico. La zona del euro debería crecer entre un 0,3% y un 0,8%, según los distintos institutos, incluido entre un 0,6% y un 0,8% para Francia y poco más del 0,6% para Alemania. “La pregunta del año será si Europa escapará o no de la recesión”, resume Subran. Se espera que muchos estados miembros limiten su gasto público para cumplir con las normas presupuestarias europeas, lo que afectará la actividad. “También corren el riesgo de ralentizar las inversiones esenciales para la industria verde y ampliar aún más nuestra brecha con Estados Unidos en este ámbito”subraya Philippe Waechter, economista jefe de Ostrum Asset Management.
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