Los episodios de cintas de vídeo ‘desastrosos’ de The Twilight Zone llevaron a dos demandas separadas


Uno podría preguntarse razonablemente por qué Rod Serling accedería a las demandas de la cadena de cambiar el formato del programa cuando «Twilight Zone» ciertamente no necesitaba ninguna ayuda, convirtiéndose en uno de los programas más influyentes jamás realizados. Por un lado, Serling sabía que estaba en deuda con la CBS al permitirle hacer el programa en primer lugar, y por otro, «Twilight Zone» no fue el éxito arrollador que se podría suponer que fue; de hecho, fue cancelado en dos ocasiones distintas.

Entonces, Serling estaba más o menos a merced de la cadena, incluso si él y otros pudieron ver desde el principio que hacer un cambio como filmar en video sería perjudicial para la serie. Aunque la compañía productora del programa, Cayuga, terminó ahorrando $5,000 por episodio en los episodios de la cinta de video, los obstáculos visuales y artísticos resultaron demasiado difíciles de soportar. Como se relata en «The Twilight Zone Companion» de Marc Scott Zicree, Serling dejó claros sus sentimientos al respecto durante una entrevista de 1972 con Douglas Brode en Show Magazine:

«Nunca me gustó la cinta porque no es ni pez ni ave. Estás sujeto al mismo tipo de leyes naturales que en la televisión en vivo, pero intentan mezclarlas con ciertas cualidades de la película… en ‘Twilight Zone’ probamos seis programas grabados y fueron desastrosos».



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