Los investigadores cuantifican la huella de carbono de la generación de imágenes de IA


Los investigadores de la startup de inteligencia artificial Hugging Face colaboraron con la Universidad Carnegie Mellon y descubrieron que generar una imagen utilizando inteligencia artificial, ya sea para crear imágenes de archivo o fotografías de identificación realistas, tiene una huella de carbono equivalente a cargar un teléfono inteligente. Sin embargo, los investigadores disciernen que generar texto, ya sea para iniciar una conversación con un chatbot o limpiar un ensayo, requiere mucha menos energía que generar fotografías. Los investigadores cuantifican que el texto generado por IA consume tanta energía como cargar un teléfono inteligente, hasta solo el 16 por ciento de una carga completa.

El estudio no se limitó a analizar la generación de imágenes y texto mediante programas de aprendizaje automático. Los investigadores examinaron un total de 13 tareas, desde resumir hasta clasificar textos, y midieron la cantidad de dióxido de carbono producido por cada 1.000 gramos. Para mantener el estudio justo y los conjuntos de datos diversos, los investigadores dijeron que realizaron los experimentos en 88 modelos diferentes utilizando 30 conjuntos de datos. Para cada tarea, los investigadores ejecutaron 1.000 indicaciones mientras recopilaban el «código de carbono» para medir tanto la energía consumida como el carbono emitido durante un intercambio.

Gráfico del estudio

Abrazando la cara/Carnegie Mellon

Los hallazgos resaltan que las tareas que consumen más energía son aquellas que solicitan a un modelo de IA que genere contenido nuevo, ya sea generación de texto, resúmenes, subtítulos de imágenes o generación de imágenes. La generación de imágenes ocupó el primer lugar en la cantidad de emisiones que produjo y la clasificación de texto fue clasificada como la tarea que consume menos energía.

Los investigadores instan a los científicos y profesionales del aprendizaje automático a «practicar la transparencia con respecto a la naturaleza y los impactos de sus modelos, para permitir una mejor comprensión de sus impactos ambientales». Si bien el consumo de energía asociado con la carga de un teléfono inteligente por imagen de IA generada puede no parecer terrible, el volumen de emisiones puede acumularse fácilmente si se considera cuán populares y públicos se han vuelto los modelos de IA. Tomemos como ejemplo ChatGPT: los autores del estudio señalan que en su apogeo, el chatbot de OpenAI tenía más de 10 millones de usuarios por día y 100 millones de usuarios activos mensuales en la actualidad.



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