Los pesticidas también se esconden en los cereales


Cuando compran su baguette, los franceses generalmente se preocupan más por la preparación que por la presencia de pesticidas. Equivocadamente si creemos en los resultados de un informe de Foodwatch dedicado a “el lado oscuro de los cereales” y publicado el martes 10 de octubre. La asociación de consumidores alerta del uso intensivo de productos sintéticos en la producción de cereales, un tema muy ignorado en el debate público en comparación con el de los pesticidas en frutas y verduras.

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La organización no gubernamental (ONG) analizó la base de datos de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), que enumera las pruebas realizadas en muestras de cereales, harina y pan en toda la Unión Europea (UE). Los resultados hablan por sí solos: de 2.234 muestras analizadas en 2021, más de un tercio (837, o el 37%) contienen residuos de al menos un pesticida. Si bien Foodwatch especifica que los niveles encontrados son significativamente más bajos que los encontrados en frutas y verduras, entre estas 837 muestras contaminadas, 14 (2%) superan los límites máximos de residuos (LMR) establecidos para proteger la salud de los consumidores.

Otra lección del estudio es que la prevalencia de pesticidas varía considerablemente según el tipo de cereal: desde menos del 10% en muestras de granos de espelta hasta casi el 90% en pan o rollos de trigo. El pan, pero también la harina, la pasta o la avena para el desayuno tienen niveles más altos de residuos de pesticidas que los cereales no procesados. Esta diferencia se explica por la aplicación de insecticidas después de la cosecha para preservar los cereales antes del procesamiento.

Moléculas de interés para la salud

Insecticidas, fungicidas, herbicidas e incluso reguladores del crecimiento: en total se han identificado 65 pesticidas diferentes. Entre las más encontradas se encuentran determinadas moléculas preocupantes para la salud. Así, el butóxido de piperonilo, un insecticida clasificado como carcinógeno humano demostrado por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), el clormequat, un regulador del crecimiento clasificado como disruptor endocrino por la Agencia Americana de Protección Ambiental, o incluso el glifosato, el famoso y controvertido herbicida cuyo autorización que la Comisión Europea propone renovar por diez años más.

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La alerta lanzada el 4 de octubre por la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria (ANSES) sobre el prosulfocarb, el segundo herbicida más utilizado en Francia, recordó que la producción de cereales consumía mucho pesticidas. El informe muestra que en Francia, de los 66,5 millones de aplicaciones anuales de pesticidas, la mitad se refieren a los cereales. En Alemania, el 45% de los pesticidas utilizados se destinan únicamente a los cultivos de trigo y cebada, lo que representa más del 60% de las superficies tratadas del país.

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