Kevin McCarthy anuncia el “Compromiso con Estados Unidos” de su conferencia, tal como es.
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En la novela de culto de Thomas Pynchon de 1965 El llanto del lote 49, un personaje que ha tomado demasiado LSD decide que si todos en la tierra repiten la frase de marketing «bondad rica y chocolatosa», representará la voz de Dios. Con o sin drogas, mucha gente en la política tiene la misma ilusión de que hacer que los candidatos hagan los mismos ruidos como el chirrido de las cigarras producirá victorias electorales. Es una creencia particularmente fuerte entre los republicanos del Congreso, que comparten la dudosa convicción de que el «Contrato con Estados Unidos» de Newt Gingrich es lo que cambió el control del Congreso en 1994.
Por lo tanto, no sorprende que, con la ayuda de Gingrich y la ex asesora de Donald Trump, Kellyanne Conway, la Conferencia Republicana de la Cámara haya publicado un nuevo documento de «agenda», titulado «Compromiso con Estados Unidos». El documento, claramente diseñado para el consumo en línea, tiene muchas campanas, silbatos y hechos sobre el infernal reinado de Joe Biden y su Partido «Demócrata». Lo que no tiene es mucha especificidad, a diferencia de la desafortunada «agenda» que el presidente del Comité de Campaña Republicano del Senado, Rick Scott, lanzó a principios de este año ante el horror casi universal de sus colegas, que no quieren ser identificados con la extinción propuesta del Seguro Social y Medicare.
El carácter relativamente anodino del proyecto favorito de Kevin McCarthy no significa que sea completamente inútil. Es de suponer que los candidatos que pronuncien las devociones aprobadas no expresarán sus puntos de vista concisos sobre los láseres espaciales judíos ni repetirán los eslóganes de QAnon.
Aún así, es difícil tomar en serio una agenda para la nación que no menciona el cambio climático, Rusia o las amenazas extremistas a la democracia, o una que sugiere que la única cura para la inflación es recortar el «gasto público derrochador» sin explicar lo que eso significa ( en la acusación de los demócratas que acompaña a la agenda, hay muchas críticas a los pagos de estímulo directo, que Donald Trump prefirió a prácticamente cualquier otra forma de gasto público).
Lo más interesante fue cómo los republicanos de la Cámara manejaron un tema candente que no se atreven a ignorar por completo, dada la obsesión que genera entre una gran parte de la base del partido republicano: el aborto. Tienes que buscar mucho para encontrarlo, enclavado como está bajo el título poco probable de «Un gobierno que es responsable» y el subtítulo francamente engañoso de «un plan para defender los derechos de Estados Unidos bajo la Constitución». Y simplemente dice que los republicanos “protegerán las vidas de los niños no nacidos y sus madres”. Así que marcaron una casilla para los activistas contra el aborto de la manera menos probable de llamar la atención curiosa o poco amistosa sobre las opiniones extremas sobre el aborto que muchos de ellos han expresado, que no son bien recibidas en las encuestas. Quizás los votantes estarán demasiado hipnotizados por el mensaje general del partido para darse cuenta. Repite después de mí: bondad rica y chocolatosa.
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