Los seis meses que empujaron a Finlandia y Suecia a los brazos de la OTAN


“No habrá solicitud de membresía [de la Suède à l’OTAN] mientras tengamos un gobierno socialdemócrata. Ciertamente, nunca estaré involucrado en un proceso de este tipo mientras sea ministro de defensa. ¡Te lo puedo garantizar a todos! » Estas palabras, Peter Hultqvist las había pronunciado el 7 de noviembre de 2021, durante el congreso de su partido, en Gotemburgo. El miércoles 18 de mayo, Suecia y Finlandia presentaron oficialmente su candidatura a la OTAN, durante una pequeña ceremonia organizada en la sede de la organización en Bruselas.

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Por lo tanto, los dos países nórdicos, miembros de la Unión Europea (UE), tardaron menos de seis meses en romper con su tradicional no alineación militar. Una decisión calificada como«histórico» en la región, y que nunca hubiera sucedido si Rusia no hubiera lanzado su invasión a Ucrania el 24 de febrero. Pero ya el 17 de diciembre de 2021, el ultimátum de Moscú, exigiendo el fin de la ampliación de la OTAN, sonó como un disparo de advertencia.

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Helsinki ve en él los indicios de la Guerra Fría y de la finlandización, esta vez cuando el país, que comparte 1.340 km de fronteras terrestres con Rusia, se impuso la neutralidad para mantener la paz con el oso soviético. 1ejem enero, el presidente finlandés, Sauli Niinistö, recuerda que el concepto de «esfera de influencia» pertenece al pasado e insiste: “La libertad de maniobra y elección de Finlandia también incluye la posibilidad de alineación militar y una solicitud para convertirse en miembro de la OTAN, si así lo decidimos. »

En Estocolmo, el 6 de enero, la Primera Ministra, Magdalena Andersson, haciéndose eco de ella, reafirma “el derecho de cada país a tomar sus propias decisiones de forma independiente en términos de política de seguridad”. La derecha y la extrema derecha suecas quieren emular a Finlandia, cuyos programas de gobierno incluyen una «opción de la OTAN», que establece que el país se reserva el derecho de unirse a la Alianza Atlántica, si la situación lo requiere. Los socialdemócratas se niegan. En Suecia, como en Finlandia, la perspectiva de la adhesión parece aún muy remota.

“Rusia nunca ha atacado a un país de la OTAN”

El 24 de febrero cambiará por completo la situación. En Helsinki, pocas horas después del inicio de la guerra, el presidente Sauli Niinistö y la primera ministra Sanna Marin dan una rueda de prensa: “Han caído las máscaras”señala el Jefe de Estado. “Hasta entonces, creíamos que la mejor manera de maximizar nuestra seguridad era tener una fuerte capacidad de defensa, ser un socio muy cercano de la OTAN y mantener una relación de trabajo eficaz con Rusia”explica Janne Kuusela, Director General del Ministerio de Defensa. “El 24 de febrero cambió nuestra forma de pensar” él comenta.

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