En respuesta a las restricciones estadounidenses sobre el acceso de China a tecnologías avanzadas de producción de chips, las empresas chinas comenzaron a invertir en la expansión de las capacidades de producción que procesan obleas utilizando nodos heredados, como 28nm, 45nm y más antiguos. Esto ha generado preocupaciones en los EE. UU. y Europa sobre la posibilidad de que China inunde el mercado con chips maduros, expulsando así a los competidores del negocio y luego utilizando los chips como palanca, lo que lleva a discusiones sobre una mayor restricción de la influencia de China en el sector de los semiconductores, informa Bloomberg.
La expansión de las capacidades capaces de fabricar chips con tecnologías de 28nm, 45nm y más antiguas, así como varios nodos especializados de empresas como Semiconductor Manufacturing International Corp. (SMIC) y Hua Hong, está poniendo nerviosos a los funcionarios estadounidenses y europeos. Las tecnologías de fabricación de chips más antiguas siguen siendo críticas para varias industrias, razón por la cual los políticos temen que los chips fabricados en nodos maduros puedan convertirse en una ventaja estratégica para China, lo que plantea importantes riesgos de seguridad.
La secretaria de Comercio de EE. UU., Gina Raimondo, expresó su preocupación por las inversiones a gran escala de China en la capacidad de producción de chips heredados y destacó la importancia de cooperar con los aliados para abordar este desafío. La Comisión Europea enfatizó su objetivo de minimizar la dependencia de Europa de las empresas extranjeras para los chips tanto avanzados como heredados.
«La cantidad de dinero que China está invirtiendo en subsidiar lo que será un exceso de capacidad de chips maduros y chips heredados, ese es un problema en el que debemos pensar y trabajar con nuestros aliados para superarlo», dijo Raimondo.
Existe el temor de que China pueda inundar los mercados globales con chips fabricados en nodos de 28nm y más gruesos, lo que llevaría a los competidores extranjeros a la bancarrota, como se ve en la industria solar. Si existe un plan de este tipo, empresas como TSMC, Intel Foundry Services, Samsung Foundry y quizás GlobalFoundries no se verán afectadas en gran medida, pero para jugadores como UMC, Vanguard, ST Microelectronics y PSMC, la medida presenta riesgos significativos.
Este escenario podría resultar en que los países occidentales se vuelvan demasiado dependientes de China para estos semiconductores esenciales, introduciendo posibles amenazas a la seguridad nacional, especialmente si estos chips se usan en dispositivos militares. Un estudio de la Institución Hoover de la Universidad de Stanford subraya los riesgos potenciales y destaca que EE. UU. y sus aliados deben estar atentos a los comportamientos no comerciales de las empresas de semiconductores de China.
La importancia de los chips heredados se vio acentuada por las interrupciones del suministro durante el pico de la pandemia de COVID, lo que provocó importantes tensiones financieras para muchas empresas. Sin embargo, hay una trampa. Si bien estos chips fabricados en nodos maduros desempeñan un papel fundamental en dispositivos que van desde la electrónica de consumo hasta la automoción y desde aplicaciones industriales hasta hardware militar, estos últimos tienden a tener ciclos de vida muy largos. Los fabricantes de automóviles, CE y dispositivos militares no están realmente dispuestos a comprar chips fabricados en China para ahorrar centavos en cada unidad y luego revalidarlos y recalificarlos para cientos, si no miles de dispositivos. Por otra parte, si las empresas chinas hacen que los fabricantes de chips tradicionales que fabrican semiconductores en nodos maduros y especializados queden fuera del negocio, las empresas estadounidenses y europeas tendrán que fabricar sus circuitos integrados en China o pedir a los gobiernos que subvencionen la producción de chips en EE. UU. y Europa.
Las empresas chinas están construyendo rápidamente nuevas instalaciones, con proyecciones que indican el establecimiento de 26 nuevas fábricas para 2026. A pesar de las fricciones políticas entre EE. UU. y China, las empresas chinas, como SMIC, han mantenido sus cadenas de suministro, con una parte significativa de sus ventas provenientes de clientes estadounidenses, según Bloomberg.