Hasta que pokémon llegó, ninguna serie animada tenía un elenco más grande de personajes únicos que GI Joe. Pero por muy genial que fuera Snake Eyes, o por cómicamente desquiciado que pareciera Shipwreck, la razón por la que la mayoría de los niños sintonizaban semana tras semana era por el increíblemente exagerado arsenal de vehículos utilizados tanto por las fuerzas de GI Joe como por Cobra. La serie comenzó con los pilares militares habituales, como tanques y aviones de combate F-14, pero rápidamente se expandió a algunas de las máquinas de guerra especialmente diseñadas más extravagantes jamás imaginadas, y yo estuve allí para todo.
Algunos desafiaron la física, mientras que muchos desafiaron las preocupaciones básicas de seguridad, poniendo a los soldados en el camino directo del escape de los cohetes o peligrosamente cerca de las hélices giratorias. Eso no importó. Quería desesperadamente volar a la escuela todas las mañanas en un Trubble Bubble, o cruzar la ciudad ocupando seis carriles de autopista a la vez en una fortaleza rodante como The General. Los estadounidenses en el universo de GI Joe deben haber tenido que pagar impuestos para financiar el ejército de su nación, pero para mi versión infantil, ese era un pequeño precio a pagar si significaba que había una pequeña posibilidad de que algún día pudiera tener un carro volador.