Hace un año, el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, le dio al grupo el nuevo nombre Meta para consolidar el enfoque en los mundos virtuales: el «Metaverso». Mientras tanto, los miles de millones invertidos en el futuro se están tragando una proporción cada vez mayor de las ganancias que son cada vez más escasas. Y no es previsible cuándo y si darán frutos. Zuckerberg todavía se apega a él y se arriesga a una caída de precios.
Al cambiar el nombre, Zuckerberg no fue tacaño con grandes palabras. “Estamos convencidos de que el Metaverso será el sucesor de Internet móvil”, anunció. La tecnología creará la sensación de presencia: «como si estuviéramos allí con la gente, sin importar lo lejos que estemos».
Un año después, esa visión no parece estar más cerca. El grupo ahora se llama Meta en lugar de Facebook. Pero su pilar sigue siendo los ingresos publicitarios que aportan Facebook e Instagram con sus miles de millones de usuarios. Zuckerberg ahora enfatiza que el cambio llevará tiempo. «No es que estas cosas estén listas en un año o incluso en dos o tres años», dijo recientemente al blog de tecnología The Verge. Sin embargo, el grupo está decidido a impulsar el desarrollo: «haremos esto durante la próxima década, o durante el tiempo que sea necesario».