Según la ONU, la situación lleva años estancada. En algunas regiones, la tasa de mortalidad incluso ha vuelto a aumentar. La situación en los países del sur de África y las zonas de guerra es particularmente dramática.
Dos mujeres embarazadas reciben ayuda en un hospital después de las inundaciones en Sehwan, Pakistán.
(dpa)
Según un informe de las Naciones Unidas, cada dos minutos muere una mujer durante el embarazo o el parto. En 2020, según estimaciones, hubo 287.000 muertes en todo el mundo, según un informe publicado este jueves por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros organismos de la ONU.
Si bien la tasa de mortalidad disminuyó entre 2000 y 2015, prácticamente se ha estancado desde entonces o incluso ha aumentado a nivel regional. Los datos del informe llegan hasta 2020. Los efectos de la pandemia de corona, cuando muchas clínicas tuvieron que atender a personas infectadas con corona, aún no se muestran en él.
La situación en las regiones más pobres y los países con conflictos es particularmente dramática, dijo. Según este informe, el 70 por ciento de las muertes se produjeron en el África subsahariana.
«Ninguna madre debe temer por su vida al dar a luz, especialmente cuando se dispone del conocimiento y los recursos para tratar las complicaciones comunes», dijo Catherine Russell, Directora Ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.
Las complicaciones incluyen sangrado abundante, presión arterial alta, consecuencias de abortos inseguros o enfermedades como el VIH/SIDA y la malaria, que pueden verse exacerbadas por el embarazo.
Un buen cuidado de la salud en su área salvaría a muchas mujeres, según el informe. También necesitan acceso a anticonceptivos para planificar sus embarazos y así proteger mejor su salud.
Uno de los objetivos de desarrollo de las Naciones Unidas es reducir la mortalidad materna para 2030, de 339 por cada 100.000 nacidos vivos en 2000 a menos de 70. En 2020 la cifra era de 223. En Alemania, según el Instituto Federal de Investigación de la Población, la cifra fue inferior en 2020 a cuatro madres fallecidas por cada 100.000 nacidos vivos.