«¡No queda dinero!» Javier Milei prepara a Argentina para un duro programa de austeridad


Javier Milei juró como presidente argentino. El político libertario se ha distanciado de las máximas exigencias de la campaña electoral.

El nuevo presidente argentino Javier Milei luego de tomar juramento.

Matías Baglietto/Reuters

“Lamentablemente tengo que decirles: ya no hay dinero”, dijo Javier Milei en su discurso inaugural como presidente de Argentina ante el congreso en Buenos Aires. Por eso no hay otra alternativa que un duro programa de austeridad. “En el corto plazo, las cosas empeorarán antes de mejorar”, dijo, preparando a los 46 millones de argentinos para tiempos difíciles.

Habrá una grave estanflación, es decir, una recesión y una elevada devaluación de la moneda. El hombre de 53 años pidió paciencia durante 18 a 24 meses hasta que las reformas entren en vigor. Para una democracia en medio de una crisis grave como la Argentina, ese parece un período de tiempo infinitamente largo. Milei aseguró que con él ahora había una luz al final del túnel.

La alternativa es la financiación a través de la imprenta, lo que llevaría al país a la hiperinflación y le provocaría un destino similar al de Venezuela bajo Chávez y Maduro.

Milei quiere un rumbo duro en política de seguridad

Milei, que suele mostrarse emotivo durante la campaña electoral, pronunció un discurso sobrio y equilibrado de media hora en el que se centró principalmente en la economía y las reformas, pero sin entrar en detalles. Sólo brevemente abordó el tema de la falta de seguridad pública, donde tomaría medidas duras contra el crimen. Además, sólo tolerará protestas contra su programa de austeridad dentro del marco legal.

Sin embargo, no hizo mención de sus polémicas demandas centrales de dolarización y disolución del banco central. “La realidad avanza”, tituló el diario conservador más importante, “La Nación”, en alusión al lema de la campaña electoral de Mileis, “La libertad avanza”. Milei explicó que estaba asumiendo “una herencia difícil”. Tiene una tarea hercúlea por delante.

La segunda economía de América del Sur está tan profundamente en crisis como sólo unos pocos países del mundo: la inflación prevista para el año en curso es del 250 por ciento. El déficit combinado del presupuesto y del banco central ha alcanzado el 15 por ciento del producto interno bruto. La tesorería de divisas está vacía. Argentina debe transferir 6.500 millones de dólares a acreedores extranjeros para marzo.

Banqueros de renombre en el gabinete

Poco después de su elección, el candidato radical envió señales claramente moderadas: por un lado, el renombrado banquero de inversiones Luis Caputo será su ministro de Economía. Caputo ya era ministro de Finanzas y gobernador del banco central durante el gobierno del presidente liberal-conservador Mauricio Macri. El presidente designado del Banco Central, Santiago Bausili, acompañó a Caputo en sus períodos en JP Morgan y Deutsche Bank. También tiene experiencia como secretario de Estado en el Ministerio de Finanzas.

Dados los importantes desequilibrios macroeconómicos, el éxito del plan de estabilización de Milei dependerá de la prioridad de las reformas, su secuencia y la implementación de políticas, dice el economista de JP Morgan, Diego Pereira. Un camino gradualista de pequeños pasos no tiene ninguna posibilidad. «Milei sólo tiene una pequeña ventana de oportunidad para su programa de estabilización».

Se espera que Milei presente el lunes en Buenos Aires un paquete de reformas para la economía, que también podría incluir la privatización de empresas estatales en dificultades como la petrolera YPF o la aerolínea Aerolíneas Argentinas. Las empresas estatales han sido tradicionalmente importantes fuentes de financiación para los peronistas, que han gobernado durante décadas.

Milei debe dejar claro que los sacrificios valdrán la pena

Actualmente, parece que Milei intentará mejorar el balance del banco central a través de un canje de bonos, presentará una solución temporal para el sistema de tipo de cambio que consiste en dos docenas de relaciones de cambio determinadas por el Estado e iniciará un duro programa de austeridad presupuestaria. En cualquier caso, JP Morgan teme que la inflación aumente aún más fuerte en el primer semestre del año. En el mejor de los casos, la inflación disminuirá en la segunda mitad de 2024.

Es previsible la vehemente resistencia de los peronistas que fueron expulsados ​​y de los sindicatos y movimientos sociales asociados a ellos. Lo que será crucial será la capacidad de Milei para convencer a la población de que sus reformas traerán crecimiento y estabilidad en el mediano plazo y que los sacrificios valdrán la pena.

Milei también tiene que ampliar la alianza con su antecesor Mauricio Macri (2015 a 2019), como lo indicó la elección ministerial, y también atraer a su lado a peronistas conservadores. Sólo su Partido Libertario tiene sólo el 10 por ciento de los escaños en el Senado y el 15 por ciento en la Cámara de Representantes.

Bolsonaro es recibido con honores, Lula no viene

Hoy comienza una nueva era para Argentina, en la historia del país es comparable a la caída del muro en Berlín, explicó Milei en su discurso inaugural. El cambio más fuerte previsible hasta ahora probablemente se produzca en la política exterior de Argentina: Milei se ve a sí mismo espiritualmente similar a populistas de derecha como Trump y Bolsonaro.

El expresidente brasileño fue recibido personalmente por Milei junto a un nutrido séquito. En la inauguración también estuvieron presentes otros populistas de derecha como Viktor Orban de Hungría y Santiago Abascal del partido de derecha español Vox.

Pero también viajaron a Buenos Aires el presidente de izquierda Gabriel Boric de Chile y Volodimir Selenski de Ucrania. Sin embargo, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, no asistió a la inauguración. Durante la campaña electoral, Milei lo había insultado llamándolo ladrón y comunista, condiciones que no son buenas para confiar en la cooperación con el socio comercial más importante de Argentina, junto con China.



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