Nueva Caledonia: sin nuevas ayudas, el cierre de ciertas plantas de níquel «parece inevitable»


El informe de diagnóstico elaborado por la Inspección General de Hacienda (IGF) y el Consejo General de Economía (CGE), se hace público a menos de una semana del regreso deemmanuel macron de una visita a Nueva Caledoniadurante el cual prometió un «proyecto de níquel de futuro» para rentabilizar las fábricas que explotan este mineral.

Los elementos de diagnóstico contenidos en el informe alimentarán las reflexiones de un grupo de trabajo sobre el níquel que, con todas las partes interesadas, deberá proponer «para otoño» medidas para «consolidar el futuro de la industria del níquel», dijo Matignon en un comunicado de prensa que acompaña a la publicación del informe.

Tres fábricas actuales conducirían a un aumento del desempleo

Según el texto, el «fallo simultáneo» de las tres fábricas actuales «provocaría un aumento del desempleo en el territorio de alrededor del 50 %», un «desequilibrio» en las cuentas sociales de Nueva Caledonia y unos costes medioambientales significativos. . que debe ser apoyada al menos parcialmente por las autoridades públicas.

Tal quiebra sería tanto más dañina cuanto que, a nivel mundial, el níquel es uno de los metales más buscados en la actual transición energética, especialmente para llenar las baterías de los autos eléctricos. La filière du nickel en Nouvelle-Calédonie pourrait «théoriquement représenter» à terme, «jusqu’à 85%» des besoins des giga-usines françaises de batteries en 2030, ou «14% des besoins de l’UE en 2035», explique el informe.

«La aparición de otros operadores industriales»

Sin embargo, «la actividad metalúrgica no es rentable» en Nueva Caledonia, lamentan los expertos: los tres industriales que constituyen el grueso del sector (SLN, KNS y PRNC) «han tenido pérdidas durante más de 10 años».

Las minas y las plantas metalúrgicas de Caledonia no producen lo suficiente y son demasiado caras, resume el informe. Sobre todo ante «la aparición de otros operadores industriales», particularmente en Indonesia, que se benefician de una energía mucho más barata, subvencionada por el Estado, y unos costes laborales cinco veces inferiores a los de Nueva Caledonia, analiza el informe.

Y dos de ellos se enfrentan a «un agotamiento progresivo» de sus yacimientos más ricos. Sin embargo, estas empresas se han beneficiado de una financiación pública «considerable»: desde 2016, el Estado ha concedido «cerca de 700 millones de euros en préstamos» a dos de ellas abriendo «540 millones de euros en avales».



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