Para toda la humanidad acaba de comenzar un tipo diferente de guerra en Marte


Esta reseña contiene spoilers.

Para toda la humanidad da un paso tentativo hacia el conflicto de clases esta semana, cuando Miles, el ex trabajador de plataforma de Toby Kebbell, llega al llamado Valle Feliz de Marte y descubre que en realidad las cosas son un Valle bastante Miserable para personas como él.

Miles desciende de su vuelo a Marte y entra directamente en la versión del planeta rojo de un campo de entrenamiento militar en el episodio dos de la cuarta temporada del programa, y ​​descubre inmediatamente que debido a la estancada misión del asteroide, ha sido relegado de técnico de combustible a conserje glorificado. No sólo se perderá la oportunidad de ver Marte, sino que además lo arrojarán bajo tierra en una litera de hombre muerto con el resto del proletariado. Cada vez que sale a la superficie, los astronautas y científicos burgueses lo obligan a comer mierda, y ni siquiera puede recibir mensajes de casa porque ese tipo de lujo actualmente está reservado para las personas que «importan».

Todo es un poco duro y se desarrolla en un montaje directo ambientado en Clint Eastwood de Gorillaz, pero nos hace simpatizar lo suficiente con la difícil situación de Miles. En medio de todo esto, Ed Baldwin (Joel Kinnaman) también se vuelve más villano que en temporadas anteriores, descartando las preocupaciones de Miles y burlándose de sus razones para estar en Marte en primer lugar. Depende de Danielle (Krys Marshall), recién instalada en la silla de líder, denunciar los problemas sociales en Happy Valley y forzar el cambio en su nuevo y gruñón equipo de Mars, del cual Ed es realmente el más gruñón.



Source link-27