Para toda la humanidad, el mayor activo de la temporada 4 es el tiempo


Después de soportar muchas tragedias, Ed Baldwin se ha convertido en un hombre fuera del espacio y el tiempo. Ha pasado años en Marte sin ningún deseo de volver a casa y afrontar la realidad. Entonces, cuando se queda solo cuidando a su nieto Alex, Ed no tiene idea de qué hacer. Para empeorar las cosas, Alex le tiene miedo a Ed y lo ve como un oso grande y aterrador, lo que hace que Ed recuerde que su difunto hijo Shane también le tenía miedo. Es un momento poderoso que cambia las cosas para Ed, quien hace un mayor esfuerzo por vincularse con su nieto.

La razón por la que el momento funciona tan bien es que hemos visto a Ed superar su dolor durante cuatro temporadas y casi 40 años. Vimos cómo su dolor le hizo secuestrar y torturar a un cosmonauta allá por la temporada 1; cómo casi estrella un avión en la temporada 2, y luego compensó en exceso la pérdida de su hijo dándole demasiado margen de maniobra a Danny, un tipo al borde de una crisis, en la temporada 3. La muerte de Shane es la línea que atraviesa cada temporada para Ed, y se hace eco de cómo funciona el dolor en la realidad: algo que nunca te abandona del todo, incluso si se desvanece.

Lo mismo sucedió a principios de temporada cuando Ed y su vieja amiga Danielle Poole tuvieron una pelea. Esa conversación no surgió de la nada, sino que fue el resultado de tensiones reprimidas durante décadas. Tensiones resultantes de la terquedad y el sexismo de Ed, de su negativa a aceptar el cambio. «For All Mankind» puede ser un programa de ciencia ficción sobre grandes ideas y espectaculares desastres espaciales, pero en el fondo es un drama de personajes, y además, muy convincente.



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