Sergio Pérez, abatido, dijo el sábado que esperaba que Red Bull pudiera solucionar el problema que arruinó su clasificación para el Gran Premio de Australia para poder «minimizar el daño» en la carrera.
El mexicano, que ganó en Arabia Saudita hace quince días, tuvo un día de terror en Melbourne mientras luchaba con el agarre y el equilibrio.
Se unió a la tercera sesión de práctica 20 minutos tarde mientras los mecánicos trabajaban en su auto, pero abandonó la pista cuatro veces cuando finalmente llegó al circuito.
El problema persistió en la clasificación cuando se trabó y chocó contra la grava en la curva 3 en su primera vuelta, varando el auto que tuvo que ser retirado por una grúa.
Significa que saldrá último el domingo, con una montaña que escalar para llegar a los puntos en una pista donde los adelantamientos no son fáciles.
Le dijo a los periodistas que el problema parecía ser el equilibrio de los frenos, que pensó que se había solucionado.
«Espero que podamos solucionar el problema técnico para mañana, de lo contrario, será muy difícil correr así», dijo.
«Confiamos en que juntos como equipo podremos resolverlo porque es muy importante que lo hagamos.
«Esta mañana tuvimos el problema. Pensamos que lo habíamos solucionado», agregó. «Así que tenía bastante confianza en esa parte, pero ese no fue el caso, tan pronto como pisé el freno en la curva 3 (en la clasificación)».
Pérez está a solo un punto de su compañero de equipo Max Verstappen en la clasificación del campeonato, una brecha que parece que va a desaparecer el domingo con el holandés volador partiendo desde la pole y el gran favorito para ganar.
El mexicano dijo que el objetivo era «mañana minimizar los daños y sacar buenos puntos».
MP/MTP