Policía judicial: ¿por qué la reforma es tan cuestionada?


William Molinié, editado por Gauthier Delomez con AFP

Los investigadores y el poder judicial están en contra de la reforma de la policía judicial, que debe entrar en vigor a partir de 2023. Si la Dirección General de la Policía Nacional y Gérald Darmanin presionan por la reforma, la policía teme colapsar bajo los archivos y teme un «ruptura de la investigación».

La policía se queja de la reforma de la policía judicial. En la vispera de La destitución de Éric Arella, director de la zona sur del PJ este viernesse había organizado una manifestación en Marsella contra esta reforma que debe entrar en vigor a partir de 2023. Sin embargo, la Dirección General de la Policía Nacional (DGPN) quiere llevarla hasta el final.

Por el momento, no se puede dar marcha atrás en esta reforma, cuyo principio general es instalar, en cada departamento, un jefe de policía que tendría competencias sobre la seguridad pública, la policía judicial, la inteligencia o incluso la lucha contra inmigración.

La lucha contra la delincuencia organizada grave en cuestión

La policía judicial desconfía de esta reforma: teme verse desbordada por los archivos delictivos diarios y no poder luchar más contra la delincuencia organizada grave, que los investigadores y el mundo judicial resumen en una «ruptura en la investigación». Hasta ahora, el descontento de los investigadores se mantuvo en la intimidad de las comisarías. Ahora, este descontento ha tomado un nuevo giro y se expresa a plena luz del día en la calle.

Eso es todo lo que el Ministro del Interior quería evitar Gerardo Darmaninque defenderá la próxima semana el presupuesto en la Asamblea Nacional de la Lopmi, la ley de orientación y programación del ministerio para los próximos cinco años.

¿Santificar a la policía judicial?

El director general de la policía nacional había recibido instrucciones de recorrer los servicios policiales en Francia para evitar que esta ira contenida interfiriera en los debates parlamentarios. Una posible salida a la crisis podría ser la de sacralizar a la policía judicial para que no se vea afectada por esta reforma.

Sin embargo, esta solución debilitaría considerablemente a Gérald Darmanin, quien repite en un pequeño comité que no tiene intención de diluir su copia.



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