«Es exótico y gótico, es misterioso», dijo el propio Branagh sobre el escenario a principios de este año para Empire. La mayor parte de la película se desarrolla dentro de un palazzo, un tipo de edificio grande e imponente por el que Venecia en particular es conocida. Es el escenario perfecto para la historia de una casa encantada, que es exactamente lo que «A Haunting in Venice» parece interesada en ser. Branagh ve a Poirot como un escéptico sobrenatural, y todo en esta película parece diseñado para convertirlo en un creyente. «Cuando estás aislado, tal vez en un palacio encantado, de repente puede ser mucho más», explicó Branagh. «A lo largo de esa larga y oscura noche del alma, la acción que tiene lugar en una sola noche llena de asesinatos, puede desafiar tus convicciones previamente firmes de que no hay nada ahí afuera».
Es un enfoque sorprendente, especialmente considerando que no había ninguna vibración sobrenatural en el material original. «La fiesta de Halloween» era una típica novela policíaca, una que no estaba interesada en desafiar la visión del mundo de Poirot sobre nada, y mucho menos sobre lo sobrenatural. El deseo de Branagh de obligar a su versión de Poirot a cuestionar sus nociones preconcebidas del mundo no está fuera de lugar. Sin embargo, siempre ha intentado complicar al personaje, haciéndolo sentir más como una persona real que como un simple arquetipo de detective común. La decisión de Branagh de agregar elementos a la historia de fondo de Poirot que nunca estuvieron en los libros es a veces un error, como en la última película donde decidió brindarnos una secuencia de flashback larga, melodramática e innecesaria que nos muestra cómo Branagh consiguió su famoso bigote. Pero tal vez con esta nueva película, darle cuerpo a Poirot pueda resultar mejor.