Por qué la cuenca mediterránea se ha convertido en el foco de la crisis climática


La metáfora del infierno, para millones de habitantes de todo el Mediterráneo, no es exagerada. Desde hace varias semanas, todos los países de la cuenca, en particular Italia, Grecia, Turquía, Túnez y Argelia, sufren olas de calor e incendios dantescos, dejando tras de sí un alto costo humano y ambiental. El anticiclón que causa estos extremos fue nombrado por los meteorólogos italianos Cerberus, en referencia al temible perro de tres cabezas que custodiaba la entrada al inframundo en la mitología griega, luego Caronte, el barquero de las almas. Estos abismos podrían llamarse simplemente la crisis climática.

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En los últimos días, las temperaturas, ya calurosas desde principios de julio, han alcanzado nuevos récords, con 48,2 °C en Jerzu (Cerdeña), 47,8 °C en Siracusa (Sicilia), 48,7 °C en Argel, 49 °C en Túnez o 43°C en Izmir (Turquía). Combustible para los incendios que se multiplican por el sur de Europa (Portugal, Croacia, Bulgaria, etc.), dejando a los bomberos desbordados con una multiplicación de frentes.

En Grecia, donde miles de habitantes y turistas tuvieron que huir de las islas de Rodas y Corfú, las autoridades evacuaron, el miércoles 26 de julio, las afueras de dos ciudades del centro del país, Volos y Lamia. Cuatro personas han muerto en los últimos días, entre ellos dos pilotos de un Canadair, que se estrelló contra un barranco. Los incendios emitieron un millón de toneladas de CO2 entre 1ejem y el 25 de julio, un récord en veinte años, según el servicio climático europeo Copernicus. En Italia, los incendios causaron la muerte de cinco personas, pero el mayor balance se registra en Argelia, donde se reportan 34 muertos en los violentos incendios que asolaron el noreste del país.

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Se esperaba que Grecia e Italia experimentaran un ligero enfriamiento el jueves y el viernes, un respiro bienvenido pero de corta duración. Apenas tiempo suficiente para que los habitantes recuperaran el aliento, antes de volver a sumergirse en el horno. Ambos países experimentarán otra intensa ola de calor la próxima semana, que también afectará a Turquía y el norte de África. “Es posible que no se rompan récords, pero las temperaturas se mantendrán por encima de los 36 °C o 37 °C todos los díasanuncia Davide Faranda, climatólogo del Instituto Pierre-Simon Laplace. No se vislumbra el final de estas olas de calor. »

Círculo vicioso

Este incendio, combinado con un alto nivel de humedad, lleva a los organismos al límite de lo soportable, exponiendo a los humanos a riesgos cardiovasculares, paros cardíacos o dificultades respiratorias. Durante el verano de 2022, las altas temperaturas mataron a casi 62.000 personas en Europa.

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