Aparentemente, el líder de Wagner no ha caído completamente en desgracia con el presidente ruso. Esto no disminuye las contradicciones que rodean la revuelta paramilitar.
Tres días después de la revuelta de Prigozhin, el presidente Putin agradeció a las fuerzas de seguridad del Kremlin por sus esfuerzos.
Durante la campaña electoral presidencial de 2018, la televisión rusa transmitió una película biográfica sobre Vladimir Putin. Cuando se le preguntó si podía perdonar, Putin dijo: Solo en el caso de traición no es posible. El comentario se ha recordado varias veces en las últimas dos semanas en relación con la revuelta fallida de Yevgeny Prigozhin. En su discurso del 24 de junio, Putin lo calificó de «traidor a su patria» sin nombrarlo y prometió un castigo justo. Dos días después repitió el cargo de traición a los organizadores del motín.
Putin muestra indulgencia
Putin no siempre parece decirlo de una manera tan absoluta. Por el momento, se muestra indulgente con Prigozhin, su antiguo favorito. En lugar de apoderarse de él, dejó que él y sus compañeros de armas se exiliaran oficialmente en Bielorrusia. Pronto no quedó claro si el deslumbrante empresario, a quien aparentemente le gusta engañar a quienes lo rodean con disfraces e incluso dobles, en realidad se encuentra principalmente en Rusia.
Cuando el periódico francés «Libération» escribió, refiriéndose a los círculos de inteligencia, que Prigozhin supuestamente se reunió con Putin y los jefes de la Guardia Nacional y los servicios de inteligencia extranjeros en Moscú, sonaba aventurero. Un poco más tarde, sin embargo, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, confirmó que en realidad hubo una reunión entre Putin y Prigozhin, el 29 de junio, cinco días después del intento de levantamiento y el enojado discurso de Putin. Putin recibió a 35 comandantes del grupo paramilitar Wagner de Prigozhin, incluido el propio Prigozhin, en el Kremlin. La reunión duró casi tres horas.
El Presidente dio su valoración sobre la actuación de las tropas Wagner en el «operativo especial militar» y también valoró los hechos del 24 de junio. Los paramilitares se desplegaron después de las primeras semanas de la guerra contra Ucrania, que fueron desagradables para el Kremlin. La reunión con los comandantes también sirvió para persuadir a las fuerzas experimentadas de continuar con su misión. Peskov dijo que habían presentado su punto de vista del 24 de junio y dijo que eran partidarios acérrimos del presidente y que estaban listos para seguir luchando por su patria.
Malentendidos con consecuencias fatales
Es notable no solo que esta reunión haya tenido lugar, sino también que se haya confirmado, aunque con un retraso. Cada día que pasa, la revuelta de Prigozhin y sus efectos parecen más complejos. La suposición de que la escalada del viernes por la noche fue un grito de ayuda para Putin, que resultó en una cascada de malentendidos y juicios erróneos fatales, se está volviendo cada vez más plausible. Con una reunión anterior como la del 29 de junio en el Kremlin, Putin podría haber evitado la escalada.
Sin embargo, el contraste entre la satanización del «traidor» y la estilización de un golpe de Estado apenas evitado gracias a la unidad del pueblo y la confiabilidad de las fuerzas de seguridad por un lado y la impunidad y la invitación al Kremlin por el otro es extraño e irritante. Los registros domiciliarios en Prigozhin, la presentación de su vida de lujo y el desmantelamiento de su imperio empresarial también se produjeron en paralelo o incluso después de la recepción de Putin.
Putin puede querer mostrar fuerza y determinación para encubrir la debilidad que inevitablemente transmitió la insurrección de Prigozhin. Los principales enemigos de Prigozhin, el Ministro de Defensa Shoigu y el Jefe de Estado Mayor Gerasimov, permanecen en el cargo. Pero aparentemente no quiere prescindir por completo del deslumbrante empresario y su disciplinada compañía.