La lucha por lograr algo tan fundamental como la libertad dentro de un régimen fascista es una tarea increíblemente ardua. Cassian no se une instintivamente a la rebelión porque quiere marcar la diferencia: simplemente acepta ayudar en el atraco de Aldhani para ganar suficientes créditos para escapar. Sin embargo, esto no significa que Cassian sea indiferente a la tiranía del Imperio; aunque sus razones no son tan fuertes y están alimentadas por el descontento como las de Nemik, decide luchar por lo que es correcto de todos modos. Mientras está encarcelado en Narkina 5, Cassian experimenta los terrores del complejo industrial de la prisión, junto con la alienación y la desesperanza que conlleva. Contra todo pronóstico, se aferra a su sueño de libertad personal y juega un papel fundamental en el incidente de la fuga de la prisión.
Después de regresar a Ferrix, Cassian se entera de las medidas inhumanas tomadas por el Imperio para ejercer control sobre el planeta, junto con el encarcelamiento de Bix. Si bien regresar a Ferrix es una apuesta enorme y lo coloca justo donde el Imperio quiere que esté, Cassian encuentra el coraje para seguir adelante con otro acto de desafío con la ayuda del manifiesto de Nemik. «Recuerde que la frontera de la rebelión está en todas partes, e incluso los actos de insurrección más pequeños empujan nuestras líneas hacia adelante», dice Nemik, y este sentimiento se refleja en la escena en la que la comunidad local se une para avanzar en las líneas de guardia imperiales.
Aunque el mensaje final de Maarva empuja a los ciudadanos a la acción, su acto de insurrección ocurre espontáneamente sin instrucción. Este no es un ataque rebelde organizado, sino una decisión colectiva espontánea de hacer frente a la autoridad tiránica. Aunque Cassian no lucha en el frente esta vez, lo arriesga todo para salvar a Bix y garantizar su derecho a ser libre.