El esposo de la reina Isabel, el príncipe Felipe, tenía 99 años, ¡su madre, Isabel Bowes-Lyon, incluso se enorgullecía de 101 años! En promedio, la realeza británica vivió 30 años más que sus súbditos británicos, según un estudio reciente de la Universidad de Illinois en Chicago.
Además de una predisposición genética positiva, esto se debe principalmente al estatus social y financiero. Los miembros de la realeza pueden acceder a los mejores especialistas en cualquier momento. También tienen los recursos económicos para poder pagar muy buenos cocineros y otros servicios importantes. También se dice que la reina llevó una vida ejemplar. Salía a caminar y a montar a caballo todos los días, comía una dieta saludable alta en vegetales y baja en carbohidratos, y mantenía su mente alerta con los eventos actuales. Pero incluso una reina peca de vez en cuando: se dice que bebió hasta cuatro cócteles, pero siempre repartidos a lo largo del día, según los círculos internos.