Como en la película terminada, la pelea con Palpatine y Vader habría terminado con el aprendiz matando al maestro, con Vader agarrando al Emperador y enviándolos a ambos al lago de lava. De alguna manera, la redención de Vader al final de su vida también habría llevado a la resurrección de Yoda, lo que significa que Obi-Wan y Yoda estarían presentes en la celebración final con los Ewoks, pero en persona.
Como todos sabemos, esta idea no se mantuvo. ¿Por qué no? Según Lucas, traer de vuelta a los mentores de Luke para la batalla final le habría quitado el momento de crecimiento del carácter al joven Skywalker.
“Aunque en algún momento Yoda y Ben interfirieron, eventualmente decidí que no podían conectarse físicamente con lo que estaba haciendo Luke”, explicó Lucas a Bouzereau. “Sentí que uno de los principales problemas en la tercera película es que Luke finalmente está solo y tiene que luchar solo contra Vader y el Emperador. Si tienes la sensación de que Yoda o Ben están ahí para ayudarlo o para influirlo de alguna manera, disminuye el poder de la escena”.
Permitir que Luke se apoyara en Obi-Wan y Yoda durante su duelo con Vader ciertamente le habría quitado algo de magia a los poderosos momentos entre padre e hijo en El regreso del Jedi. Luke confrontando al Emperador tampoco habría sido tan aterrador. Hay mucho en juego en esas escenas porque Luke está solo contra este gran mal, pero darle el respaldo de un Jedi le habría quitado mucha tensión a estos momentos. En cambio, las escenas habrían ascendido a muchas espadas láser en la pantalla con menos peso emocional.
Aunque Lucas y Kasdan abandonaron estas escenas en borradores posteriores, está claro que Lucas tuvo el desenlace desde el principio. El padre se sacrifica para salvar a su hijo, y dos sabios Maestros Jedi observan cómo una nueva generación de héroes celebra su victoria. Pero a diferencia de esos primeros borradores, el viejo Ben y Yoda finalmente también pueden disfrutar de un merecido descanso.