Revisión de Furiosa: esta emocionante epopeya en Fury Road es la obra maestra de George Miller


Es obvio desde los primeros momentos de la película que, incluso cuando era niña, Furiosa fue criada para sobrevivir en Wasteland, mostrando habilidades de supervivencia, autodefensa e ingenio. Pero, por desgracia, una horda de motociclistas la secuestra mientras intenta proteger su hogar y la llevan a su comuna como evidencia de un lugar de exuberantes riquezas más allá del desierto. En una serie tan definida por el sudor, la arena, el óxido, el metal y el aceite de motor, resulta chocante ver la tierra de las Muchas Madres (también conocidas como Vuvalini) en una yuxtaposición tan directa. Hay un cambio visual tan drástico en comparación con todo lo que hemos visto en el mundo de «Mad Max», que es imposible no sentirse atormentado por su recuerdo. El público sabe dónde terminará Furiosa, como ya hemos visto «Fury Road», y la película se ve realzada por los eventos de «Furiosa», agregando profundidad a la ya apasionante historia.

Mientras Furiosa es arrojada al Yermo, el conocimiento del Edén del que fue arrancada se cierne sobre cada decisión que toma y cada pizca de ira justa que desata contra aquellos que la sacaron de allí. En lugar de funcionar como la película de persecución de «Fury Road», hay una ferocidad latente incrustada en la épica venganza de Furiosa, ardiendo más con cada momento que pasa antes de trascender más allá del fuego y establecerse en una venganza helada. Furiosa aporta quietud y sensación de control en este mundo de motores atronadores, explosiones y War Boys sacrificados; su verdadero poder no está en la fuerza, sino en el silencio. Tanto Browne como Taylor-Joy son maravillas de contemplar con su estoicismo fundamentado en medio de una sociedad plagada de personajes demasiado exagerados, la mayoría de los cuales son hombres, cuyos ojos por sí solos expresan más que cualquier monólogo de un señor de la guerra corrupto.



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