«Locke & Key» siempre ha sido una historia sobre cómo el presente está directamente influenciado por el pasado y sobre el reconocimiento de los pecados de nuestros antepasados. Pero el programa solo explora esto a nivel superficial, insinuando una historia larga e importante mientras mantiene las cosas bastante limitadas en su alcance en la pantalla.
Claro, tuvimos un par de flashbacks la temporada pasada que mostraban cómo Gideon mató a uno de los Locke y se infectó con un demonio, pero él era un general durante la guerra, y nunca entendemos por qué está tan obsesionado con los Locke. Y debido a que los niños Locke nunca parecen aprender o preocuparse por aprender sobre su historia familiar y la historia de las llaves más allá de los detalles superficiales, no tenemos motivos para preocuparnos por la vendetta de Gideon o por qué su pasado es importante para el presente.
El objetivo de Gideon es usar las llaves para abrir de alguna manera un portal nuevo y más grande entre nuestro mundo y el mundo de los demonios, y romper la barrera entre los dos. Hacer que sea una versión ligeramente diferente del plan de Dodge es inteligente, pero se acerca demasiado a Vecna en el territorio de «Stranger Things». Peor aún, dado que realmente no descubrimos cómo Gideon es capaz de intentar tal cosa, termina como un potencial desperdiciado.