Sentencia en el caso UBS en Francia: el máximo tribunal confirma el veredicto de culpabilidad, pero se recalculará la multa


Francia acusa a la UBS de blanqueo de dinero y de captación ilegal de clientes en suelo francés. El miércoles, el Tribunal de Casación rechazó parcialmente el fallo de segunda instancia.

El tribunal más alto de Francia anuló parcialmente el veredicto contra la UBS el miércoles. El tribunal inferior, el tribunal de apelación, deberá reevaluar la multa de mil millones de euros, los daños al Estado de 800 millones de euros y la multa de 3,7 millones de euros. Pero el veredicto de culpabilidad permanece. La UBS reclutó ilegalmente clientes en suelo francés y blanqueó el producto del fraude fiscal.

La UBS lleva cinco años defendiéndose ante los tribunales de la demanda del Estado francés. La acusación es que los empleados de la UBS en Suiza reclutaron clientes ricos con invitaciones a eventos exquisitos en Francia y, de esta manera, alentaron a los franceses ricos a evadir impuestos. Dos tribunales franceses han declarado culpables a la UBS y a varios ex empleados. Las partes apelaron dos veces.

La UBS también podría haber resuelto el litigio mediante un acuerdo y así evitarlo. Pero el banco se declaró inocente en todos los cargos, al menos antes de la primera instancia. Luego vino el shock: en 2019, el tribunal impuso una multa récord de 3.700 millones de euros más 800 millones de euros en concepto de daños al Estado.

Victoria de la UBS en puntos cruciales

La UBS recurrió, pero el tribunal de apelación confirmó la indemnización y decidió confiscar el depósito de mil millones de euros de la UBS. La UBS tuvo que depositar esta suma tras la acusación en 2014. A cambio, redujo las multas a 3,7 millones de euros. En total, la UBS habría tenido que pagar 1.800 millones de euros, pero volvió a apelar.

Incluso antes de la sentencia de segunda instancia, la UBS había adaptado su estrategia. Ella dice abiertamente que había cuentas con dinero libre de impuestos pertenecientes a personas residentes en Francia. Pero la UBS también dice que nunca mantuvo esto en secreto. Francia conocía la existencia de las cuentas gracias al acuerdo de fiscalidad del ahorro de 2005 entre Suiza y la entonces Comunidad Europea. Obliga a los titulares de cuentas a pagar impuestos sobre los ingresos por intereses de forma directa o anónima a través del banco.

El acuerdo es un argumento central para la UBS contra las acusaciones de blanqueo de dinero. A diferencia del tribunal inferior, el Tribunal de Casación profundizó en este asunto, pero sólo lo aceptó en parte. La obligación de gravar los ingresos por intereses se aplicaba a cuentas de personas físicas, no a empresas, fondos o fundaciones. Además, determinados productos financieros también estaban fuera de la regulación. Los jueces dictaminaron que la UBS aprovechó estas lagunas. Y por eso blanquearon dinero sistemáticamente utilizando el producto del fraude fiscal.

Por tanto, el Tribunal de Casación confirma la sentencia de segunda instancia sólo en lo que respecta a la cuestión de la culpabilidad. El tribunal de apelación deberá recalcular la cantidad a pagar, distinguiendo entre cuentas libres de impuestos y casos de blanqueo de capitales. El tribunal de apelación de París volverá a juzgar el caso con una nueva composición. Para la UBS se trata de una victoria en puntos cruciales.

La cuestión de la base sobre la que se calculó inicialmente la multa sigue sin resolverse. Porque las autoridades no saben exactamente cuánto dinero se ocultó a las autoridades fiscales. Los fiscales franceses dijeron al inicio del juicio en 2018 que el Estado había perdido diez mil millones de euros en ingresos fiscales. La cifra es una estimación, no hay pruebas.

El acuerdo sobre la fiscalidad del ahorro también podría dar lugar a más debates. Según el Tribunal de Casación, la UBS ya había captado clientes franceses antes de su introducción, lo que sólo sirvió como medida transitoria. Desde 2017 se aplica el estándar global de intercambio automático de información (AEOI), que también cubre a empresas y fundaciones. Por lo tanto, el tribunal aplicó el derecho francés en algunos puntos y, contrariamente a la práctica actual, lo prefirió al derecho europeo.

La UBS escribió por la tarde en un comunicado de prensa que el banco se alegra de que el máximo tribunal francés se haya pronunciado sobre aspectos importantes del banco. Sin embargo, estaba decepcionada de que el tribunal hubiera confirmado los fallos anteriores sobre la solicitud ilegal de clientes y el lavado de dinero agravado. Esto, “a pesar de la falta de pruebas concretas de los hechos alegados”.

Poco interés en Francia

Al menos con la sentencia actual existe la posibilidad de que la UBS pueda limitar las pérdidas del caso francés. La UBS se sorprendió por la condena en primera instancia en 2019: acababa de reservar 450 millones de euros para posibles multas. Ahora ha aumentado la cantidad a 1.100 millones y puede hacer frente a las multas. Pero en vista de la fusión en curso con Credit Suisse, la UBS realmente quería evitar este tipo de ruido de fondo. Ahora sonarán un poco más.

Con la demanda, el Estado francés también respondió al descontento de la población. En marzo de 2013 se supo que el tesorero jefe de Francia tenía una cuenta negra en la USB de Ginebra. En su puesto, su trabajo consistía en realidad en combatir el fraude fiscal. La población exigió una reacción del entonces presidente François Hollande. Esto también incluyó éxitos contra la evasión fiscal.

De eso hace diez años y el proceso contra la UBS ya lleva cinco años. La evasión fiscal ya no es la principal preocupación de los franceses. En consecuencia, el interés de los medios de comunicación franceses por el caso de la UBS es escaso.



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